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El incivismo de los clientes de un bar musical genera malestar en el barrio de Carme de Reus

Los vecinos de la calle Sant Jaume denuncian que es habitual que se produzcan peleas y discusiones

Captura de una de las peleas que ha tenido lugar en las puertas del local de ocio.

El incivismo de los clientes de un bar musical genera malestar en el barrio de Carme de ReusCedida

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La apertura de un nuevo bar musical en la calle de Sant Jaume hace cuestión de semanas ha supuesto un quebradero de cabeza para los residentes de la zona. El presidente de la asociación vecinal L'Harmonia del Carme, Josep Machado, comenta que el local «está dando problemas» y que, ya el primer día, se produjo una pelea delante de su puerta, una constante que se ha ido repitiendo con el paso de los días, acompañada de discusiones, conversaciones con un elevado volumen y consumo de alcohol en la vía pública, unos perjuicios que se han trasladado a las vías adyacentes. En un principio, los vecinos del barrio intentaron dialogar con los clientes para pedir un poco de tranquilidad por las noches, pero la gota que ha hecho colmar el vaso ha sido que «han amenazado» a uno de los residentes diciéndole con que sabían dónde vivía, comenta Machado.

La normativa autonómica de Cataluña indica que los bares musicales tienen que cerrar, como muy tarde, a las 2.30 horas de la madrugada, y se ofrecen treinta minutos adicionales las noches de los viernes, los sábados y las vísperas de los festivos, si bien cada Ayuntamiento tiene potestad para restringir más los horarios. En el caso de la calle de Sant Jaume, el portavoz afirma que, en alguna ocasión, no han apagado las luces hasta las 5 h.

Los ciudadanos que habitan en el barrio del Carme, los primeros días, no querían contactar con la Guardia Urbana porque tenían miedo de sufrir represalias. Los constantes actos incívicos han propiciado, sin embargo, que pierdan la paciencia y el cuerpo local de seguridad ya ha tenido que intervenir. «Se está llamando y se han levantado actas», asegura Machado, quien cree que permitir abrir un establecimiento de estas características en una calle «estrecha y residencial» como la de Sant Jaume «no tiene ni pies ni cabeza». «Bars así no queremos», remacha.

El presidente de la AV L'Harmonia del Carme comenta que también han intentado dialogar con los propietarios del local y que estos les han respondido que no saben nada de lo que ocurre en la calle. «Puedes no saberlo, pero la gente que hay sale de tu bar y consumen las bebidas en la calle», contesta Machado, pidiendo colaboración y responsabilidad. Además, recuerda que, una noche, un hombre ebrio quedó dormido en el portal de una casa. «Si no llamamos a la Guardia Urbana, acabarán metiéndose en nuestra cama. Vamos a peor», lamenta.

Los propietarios de perros

El bar musical no es el único generador de malestar para los vecinos del Carme. El incivismo de algunos propietarios de perros también está generando angustia. No se trata sólo de que haya personas que no remojan las micciones o recojan los excrementos de sus animales de compañía –un problema «municipal», en palabras de Machado-, sino que se han llegado a enfrentar con residentes del barrio por recriminar que tenían que cumplir la ordenanza de civismo. El portavoz vecinal recuerda que a un ciudadano lo acabaron agrediendo por advertir a unos am |dueños que «había un pipi-can más arriba» y que a él mismo lo amenazaron con echarle los perros encima para que lo atacaran.

Machado apunta que se avisó a estas personas a las cuales, si seguían actuando de esta manera, se avisaría a la Guardia Urbana y se les sancionaría, cosa que sólo provocó carcajadas. «Se tendría que hacer una campaña por toda la ciudad, poner inspectores y sancionar más los incívicos», concluye.

Hay que recordar que la Ordenanza de Civismo en la ciudad de Reus califica de infracción «grave» –puede implicar una sanción de hasta 1.200 euros– no recoger inmediatamente las defecaciones de los animales de compañía en las vías o espacios públicos, mientras que se considera una infracción «leve» no limpiar las micciones –se contempla una multa de hasta 600 euros.

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