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Movilidad

Las personas con movilidad reducida tienen dificultades a la hora de bajar del bus en las Oques

El portavoz de Diversitat Funcional dice que las personas con movilidad reducida tienen que ir por la carretera antes de subir a la acera

Un usuario de silla de ruedas debe continuar por la calzada porque no puede subirse a la acera.

Diversidad Funcional alerta del peligro que supone bajar del bus en las OcasCedida

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Bajar del autobús a las paradasde la plaza del Nen de las Oques es una odisea para las personas con movilidad reducida. El portavoz de la asociación Diversitat Funcional, Julián Fuentes, explica que es habitual que, en este lugar, se producen situaciones que resultan «un peligro» para los ciudadanos que utilizan silla de ruedas o andadores. El problema más recurrente es que la salida central del transporte público queda alejada de la acera. Eso provoca que los usuarios con diversidad funcional, al descender por la rampa habilitada, no puedan continuar su trayecto con facilidad porque el desnivel entre calzada y acera es demasiado pronunciado. En consecuencia, se ven obligados a circular unos metros por la carretera antes de llegar a un paso de peatones y, desde allí, reanudar su recorrido, «con el peligro que comporta que en aquel momento pase un coche», expresa Fuentes. El portavoz de Diversitat Funcional señala que se trata de un problema que también sufren los ciudadanos que empujan cochecitos de bebé o que cargan una carretilla parair a comprar.

El escenario tampoco es ideal cuando el conductor ha intentado acercar la salida central de los autobuses a la paradacon el fin de facilitar el descenso de los pasajeros, pero, a pesar de todo, ha quedado un espacio entre la rampa y la acera, de manera que las personas con movilidad reducida se ven obligadas a maniobrar en un espacio reducido, corriendo el riesgo de sufrir caídas.

Fuentes detalla que estas situaciones se deben a muchos motivos, el principal de ellos, la misma forma de la plaza del Nen de les Oques. Al situarse las paradas curvas, las maniobras que tienen que hacer los conductores para que la rampa descanse en la acera son más complicadas y no todos lo consiguen. Por otra parte, es frecuente encontrar vehículos parados en los espacios habilitados para la subida y bajada de pasajeros, ya que sus ocupantes han aprovechado para efectuar una compra rápida en los establecimientos del borde. Eso provoca «que el autobús no pueda arrambarse en la acera», explica Fuentes. Al quedar más alejados de la zona para peatones, la distancia a recorrer y el peligro se multiplican para los ciudadanos con diversidad funcional.

Dos soluciones

Para poner remedio a todo, Fuentes propone un par de soluciones. La primera consiste en establecer más zonas de carga y descarga en las calles de los alrededores, de manera que los conductores puedan detenerse en otro lugare, igualmente, llegar al estanco, el quiosco, la farmacia o el horno de pan en cuestión de segundos o de pocos minutos. «Así no molestarían en los autobuses», comenta.

La otra propuesta de que sugiere Fuentes es instalar en la plaza de las Oques plataformas como las que se han colocado en las paradas de los autobuses y los tramos próximos a pasos de peatones de las avenidas de la Salle y del Cardenal Vidal i Barraquer, en el marco del despliegue de la red de carriles bici. El portavoz de Diversidad Funcional considera que se podrían adaptar estos elementos a la forma de la rotonda y que su implantación supondría una doble victoria. Por una parte, se facilitaría que el conductor pudiera acercar la salida central a la acera sin ejecutar maniobras complicadas. De la otra, se impediría que los vehículos efectuaran paradasen los espacios habilidades para esperar el transporte público.

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