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Las rebajas de verano pierden el su «espectacular» atractivo del pasado

Los propietarios de tiendas comentan que la presencia de ofertas todo el año y el buen tiempo propician que las compras no se esperen hasta julio

Imagen del casco histórico y comercial de Reus por la tarde.

Las rebajas de verano pierden el su «espectacular» atractivo del pasadoAlejandro Navarro

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En el pasado quedan ya las largas colas en que se formaban para aprovechar los descuentos de los primeros días de las rebajas y las bregas que se montaban para llevarse los objetos más valiosos. Como mínimo, este no es el escenario que se dibuja en Reus. El 1 de julio marcó el inicio oficial de un periodo de descuentos estival que, hasta ahora, está pasando sin pena ni gloria. «No son unas rebajas de acumulación de gente, ni mucho menos», detalla la presidenta de la Unión de Botiguers, Rosa Lucas, quién se atreve a calificarlas de «muy flojitas». El presidente del Tomb de Reus, JacintPallejà, afirma que se ha perdido «aquella espectacularidad» de antes, si bien, en su caso, apunta que esta época está siendo «correcta».

Lucas y Pallejà coinciden en señalar la serie de descuentos que algunos establecimientos programan a lo largo de los doce meses como el principal motivo que ha comportado que las rebajas ya no supongan un gran pico de ventas, dado que los clientes se pueden sentir atraídos antes de julio por otras promociones. «Se han cargado las rebajas», asevera Lucas. Pallejà añade que este fenómeno de ofertas constantes «hace que aquel mercado que iba a buscar especialmente el producto de rebajas ahora tenga tentaciones durante todo el año».

Con todo, el presidente del Tomb de Reus especifica que, entre la población, «existía, existe y existirá» un segmento que, cuando ve un artículo que le gusta, espera a las rebajas para adquirirlo. Otras personas entran en las tiendas seducidas por los precios especiales y, a pesar de ver que no pueden hacerse con un producto porque no hay su talla o el color que querían, acaban comprando otra pieza. Pallejà explica que en junio «flaqueó un poco» y que las ventas se han vuelto a animar «un poquito» en julio, de manera que las rebajas no han supuesto ni un pico ni un valle. «Mezclando todos los segmentos de mercado, si tenemos en cuenta que lo más llamativoya está atenuado por el resto del año, las rebajas quedan un poco anuladas», asegura.

La presidenta de la Unión de Botiguers apunta que el buen tiempo ha propiciado que la campaña de verano, desarrollada entre marzo y junio, fuera «buena» y, en consecuencia, el presupuesto que queda para las rebajas es «pequeño» porque la ciudadanía ha adquirido los productos para soportar el calor «cuando le hacía falta». «Antes de la pandemia, la gente guardaba los ahorros para las rebajas. Ahora, este perfil no existe», concluye.

La experiencia en La Fira Centre Comercial es diferente. Su gerente, Patricia Perugini, comenta que el periodo de rebajas, que en las tiendas de la gran superficie se adelantaron en los alrededores de Sant Joan, «está funcionando bastante bien», si bien matiza que el solo radián de la primavera «ya motivó las compras» a partir de abril. Asimismo, comenta que los buenos números se deben, también, al hecho de que, desde junio, «está volviendo el público extranjero» que se perdió durante la pandemia.

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