Nada frena los chapuzones en las Piscinas Municipales de Reus en un verano de récord
La afluencia de personas es constante y ya se han registrado 1.500 más que en el primer mes del 2022
El cielo encapotado no hacía presagiar nada bueno. Quedaban diez minutos para que las Piscines Municipals abrieran puertas, y las personas que hacían cola se contaban con los dedos de una mano. De golpe, sin embargo, todo el mundo salió del escondite. «Hemos visto que al tiempo no daban lluvia y tampoco hace fresco», reconoce Rosa. A la misma conclusión había llegado Sergio López. Aprovechó que está visitando a la familia para acompañar a la hermana y los sobrinos a refrescarse. «Hace un poco de calor y, a ellos, les es igual si llueve», comenta.
Son dos de las personas que ayer se zambulleron en el Parc dels Capellans. La temporada va inaugurar el 19 de junio y, a estas alturas, se está viviendo un verano de récord. «Del total que llevamoseste mes, hemos registrado a 1.500 personas más público que al año pasado», detalla al responsable de las instalaciones, Adrià Gracia, quien añade que las buenas cifras se están viviendo «desde la primera semana». Las diferencias con el 2022 también radican en un refuerzo de la seguridad y de la comunicación. «Somos muy estrictos con las normas para que los usuarios tengan presente qué se tiene que hacer en cada caso», señala.
Fabián González es el coordinador especial de los socorristas. Reconoce que hay «un poco de todo» respecto del cumplimientode las normas y asegura que la infracción «más grave» que tiene que ir recriminando es «que los niños estén solos en el agua». «Las familias son las primeras que se tendrían que ocupar de la seguridad de los hijos y, a veces, están más preocupadas de mirar el móvil o de tomar el sol. Piensan que es un juego y, en un segundo, pueden pasar mil cosas», advierte.
Una de las usuarias que Gracia y González seguro que han visto es Mari. Frecuenta el agua «desde que abrieron» y ha adquirido un pase, como hace cada año. «Prefiero pasar el verano aquí que en la playa», reconoce. Igual que Mari, Lucía Ferrero se decanta por la piscina. «Hay mucha tranquilidad, todo es más limpio. Cada vez que voy a la playa, hay un montón de plásticos y colillas, y me da asco», expresa. Ya era la segunda vez que iba al Parc dels Capellanseste verano, acompañada de familia –la madre es del equipo playa– y chico. Vecina del barrio Gaudí, se considera una privilegiada para vivir cerca de las piscinas, pero cree que se tendrían que abrir unas segundas «por la gente de la otra punta de Reus, que puede estar entre 45 y 50 minutos para llegar». Lo mismo opinan López y Mari.
Si bien López coincide en decantarse por la piscina, reconoce que «jugar con las olastambién tiene su encanto». Rosa comparte diagnosis. Disfruta de ambas opciones, pero la balanza se decanta por la piscina «porque con los niños, llegar a casa, con la arena, es pesado».