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Incivismo

Los vecinos denuncian la celebración de botellones en el parque de Antoni Pedrol Rius de Reus

Aseguran que es «casi imposible» dormirse antes de la 1 de la madrugada por el jaleo y los gritos que se suelen escuchar

Uns graons separen el parc de la zona comercial de la plaça.

Los vecinos denuncian la celebración de botellones en el parque de Antoni Pedrol Rius de ReusGerard Martí

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«No se puede vivir allí». Josefa hace más de 20 años que reside en uno de los bloques de pisos que rodea la plaza de Antoni Pedrol Rius, junto al paseo de Prim, formada por una pequeña área elevada de uso comercial y un parque. Afirma, sin embargo, que hace tiempo que el descanso dejó de ser plácido. «En el parque hacen botellones, peleas y siempre hay gritos», denuncia. La vecina explica que hasta cuatro bares rodean la plaza y, aunque a veces el volumen de los clientes que se encuentran consumiendo algo en las terrazas le ha podido molestar cuando el sol ya se había puesto, afirma que el problema «no son sólo los bares». «El jaleo se escucha como si estuviera a tu lado, muchas noches me despierta», lamenta.

El presidente de la asociación de vecinos (AV) de Mare Molas, Agustí Dosaiguas, confirma que el principal problema del área es «que hacen botellones» y que los participantes, cuando oyen que se acerca la policía, «se esconden y, después, continúan». Dosaiguas comenta que es una situación que se vive «cada verano». Josefa considera que, si bien se intensifica los fines de semana y en la estación más calurosa, las molestias se repiten a menudo. «Tanto que se habla ahora de salud mental, eso es un sufrimiento porque no puedes descansar nunca», argumenta.

Paco es un vecino que vive en una de las aristas de la plaza desde hace décadas y, ayer mismo, vio una botella de cerveza rota en el suelo del parque. Explica que es «casi imposible» dormirse antes de la 1 de la madrugada los viernes, sábados y domingos, «entre la gente maleducada de las terrazas y los que vienen al parque a jugar, a hacer ruido, a gritar y vete a saber qué más». «A veces se oyen gritos y ya no sabes si son peleas o atracos», dice.

Incluso recuerda que, desde el balcón de uno de los bloques de pisos de la zona, un vecino llegó a tirar huevos contra quien se encontraba en la plaza pidiendo silencio. «Y todavía suerte que últimamente no se escuchan las carreras de coches que se solían hacer por estas calles, que algunos fines de semana parece que eso sea un circuito de Fórmula 1», añade. Asimismo, Paco señala que hace unos años se retiraron dos de las tres canastas de baloncesto que había en el parque, después de que los residentes se quejaran de que había gente que se ponía a jugar de noche. «Ahora vienen igualmente y se emborrachan, que todavía es peor», comenta.

Por todo ello, los vecinos proponen medidas para garantizar su descanso. Paco pide que haya más presencia policial en la zona y sugiere que se limite el horario de uso de las terrazas. Considera que, hacia las 23 horas, los clientes tendrían que entrar hacia el interior de los locales y continuar allí sus consumiciones. Josefa estaría de acuerdo con ver a más agentes patrullando, pero añade otra idea a la ecuación: cerrar el parque por las noches. «Quizás esta gente que hace botellones se pondrá al lado y seguirá haciendo ruido, pero tendrá menos espacio», comenta. «Creo que saldríamos ganando, probarlo no cuesta nada», concluye.

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