El Hospital Sant Joan de Reus elimina las restricciones del uso del agua después de dos meses
Los últimos análisis salieron «todos correctos» y los pacientes ya se pueden duchar con normalidad
El Hospital Universitari Sant Joan de Reus ha levantado las restricciones del uso del agua después de que, hace dos meses y medio, en un control rutinario, se detectara algún valor elevado en comparación con los estándares protocolizados. Según han confirmado fuentes del centro hospitalario a Diari Més, los últimos análisis «salieron todos correctos» y, por lo tanto, «ya todo el mundo se puede volver a duchar con normalidad».
En concreto, las limitaciones de uso de grifos y duchas se eliminaron el 14 de julio, matizan las mismas fuentes. El Hospital Sant Joan restringió el uso del agua al centro hospitalario a mediados de mayo, cuando las muestras, recogidas en unos análisis trimestrales, indicaron la presencia de un valor elevado respecto de los estipulados por la normativa.
Desde entonces, los pacientes ingresados no podían utilizar los grifos ni las duchas de las habitaciones y se les proporcionaban utensilios como toallitas húmedas para que pudieran mantener una correcta higiene corporal. Fuentes hospitalarias confirmaron a la Agencia Catalana de Noticias (ACN) un mes después, a mediados de junio, que no había ningún usuario afectado por legionela y que las restricciones se aplicaban con carácter preventivo para garantizar el bienestar de pacientes, familiares y profesionales.
Ante esta situación, el centro habilitó baños en cada planta de hospitalización con el objetivo de que los pacientes pudieran ducharse. En junio, ya informó de que las medidas se alargarían, al menos, durante un mes más, hasta que se obtuviera los resultados del choque químico con cloro hecho el 10 de junio en el circuito de agua sanitaria.
Asimismo, desde el hospital se empezó a trabajar en la renovación de los aireadores de los grifos de los baños, tanto los de las habitaciones como los de los de uso público, y el personal de enfermería facilitaba toallitas húmedas para que los usuarios pudieran limpiarse durante el periodo de restricciones.
En paralelo, se renovó la cañería principal de agua caliente, que estaba estropeada en algunas de las partes después de trece años en funcionamiento y de diferentes actuaciones y choques térmicos producidos. Esta situación, sostenían desde el centro, dificultaba hacer «correctamente» las actuaciones protocolizadas. Además, se llevó a cabo una auditoría de la instalación para determinar qué mejoras técnicas se tenían que implementar.