Sociedad
De 'Harry Potter' a enfrentarse al mundo en un tablero
Aarón Alfonso es dos veces campeón provincial de ajedrez y ayer jugó en diez partidas al mismo tiempo
El silencio imperaba en la terraza de la cafetería La Tasseta. Las instrucciones eran claras: sólo se podían mover las piezas del tablero ante el vigente campeón provincial de ajedrez, Aarón Alfonso (Reus, 2003). Una mano temblorosa delataba el nerviosismo de algún participante. Alfonso se había impuesto en la partida de calentamiento en poco más de tres minutos. Pequeños y grandes llenaron diez mesas a su alrededor. Le querían desafiar. El campeón reinante aceptó todos y cada uno de los retos. Y lo hizo al mismo tiempo.
«Mi objetivo es enseñar el ajedrez y darles visibilidad», aseguraba antes de darle la mano a un adversario. No era la primera vez que Alfonso se enfrentaba a partidas simultáneas. Con la campañaMulla't per l'esclerosi múltiple, se llegó a ver las caras con quince oponentes en un mismo lugar y momento. «Las jugadas las hago muy intuitivas, no tengo tiempo de calcular mucho los movimientos», explicaba.
La concentración era palpable en los once rostros y la pericia de Alfonso, también. Se permitió el lujo de advertir a un par de competidores que estaban en posición dejaque. Hubo embates técnicos, de avances milimetrados; otros, de acciones relámpago con el caballo o el alfil. Completados 25 minutos, sumó su primer triunfo. La alegría no le duró mucho: tenía que continuar contra nueve participantes. Y no sólo eso: la silla vacía estuvo rápidamente ocupada y volvía a estar rodeado por diez jugadores.
La trayectoria de Aarón Alfonso vivió un ascenso meteórico que nadie esperaba. Con 12 años, había probado multitud de actividades, pero nada le convencía. Fue viendo Harry Potter y la piedra filosofal cuando una llama se encendió en su interior. Quedó impresionado por la partida de ajedrez mágico que Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger tuvieron que jugar y le pidió a su padre que le enseñara las instrucciones de la versión mundana de aquel deporte mental. No habían pasado doce meses desde que movió su primera pieza que se inscribió en la sección de ajedrez del Club Natació Reus Ploms.
Práctica, práctica y práctica. «Rápidamente, empecé a mejorar el nivel», asegura. Hasta que llegó en el 2019. A pesar de tener un Elo, el sistema de puntuación que se utiliza en ajedrez, discreto, se apuntó a la categoría A del campeonato provincial, donde no había restricciones de nivel. «Iba relajado, sin presión para jugar, y el rendimiento fue mejor», recuerda. Tan bien fue que se coronó campeón de ajedrez de Tarragona.
En el 2021, no consiguió revalidar título. «No me salió un buen torneo», lamenta. Quedó en mitad de tabla. En el 2022, se presentó con la mentalidad de «hacer un buen papel, no como en el año anterior». Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete victorias sumó consecutivamente. Quedaban dos rondas para acabar la competición, pero ya había ganado. La diferencia respecto del segundo clasificado era demasiado amplia. Nadie ya lo podía atrapar. Tranquilo y satisfecho, empató los últimos enfrentamientos. Había recuperado la corona.