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La alianza de vecinos permite «ir perdiendo el miedo» en el barrio Fortuny de Reus

Unos residentes crearon un grupo de WhatsApp por donde se avisan si se detecta algo fuera de la normalidad

Fotografia de la plaça de Gabriel Ferrater i Soler, el punt neuràlgic del barri.

La alianza de vecinos permite «ir perdiendo el miedo» en el barrio Fortuny de ReusGerard Martí

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Poco a poco, el barrio Fortuny va dejando atrás el estigma de la inseguridad y, en parte, es gracias a un simple grupo de WhatsApp. La presidenta de su asociación de vecinos (AV), Cori Balanyà, creó el espacio virtual en época de pandemia. Incluye personas que habitan «diferentes calles y diferentes zonas» desde que ella era pequeña, «para tener controlado el barrio».

Cuando se detecta alguna incidencia, se envía un mensaje y, lo antes posible, Balanyà lo deriva a la Guardia Urbana o la autoridad competente. Los textos pueden ir desde «hay una persona conflictiva» hasta «una palmera está a punto de caer». El objetivo es estar «unidos» para reaccionar rápidamente y actuar antes de que la bola de nieve crezca. Gracias a años de trabajo diario, la presidenta de la asociación de vecinos afirma que «la gente ha ido perdiendo mucho el miedo de salir a la calle», donde ya se respira «más vida».

Balanyà pide a sus conciudadanos que la avisen si detectan algo fuera de la normalidad, aunque sea que han recibido una llamada sin respuesta en el portero automático. «Una cosa que parece insignificante podría derivar en un problema mayor», advierte. Eso es como una herida: si la cuidas, no va a más», añade. Sin embargo, la portavoz vecinal señala que todavía «hay mucho trabajo por hacer» para mejorar el barrio y señala el alumbrado y el estado de las aceras como sus dos principales caballos de batalla.

«Si no hay luz, ahora que viene el invierno, cuando sea todo oscuro, tal cómo están las calles, nos podemos caer», avisa. También apunta que la mejora de la iluminación es «más importante de lo que pensamos», ya que crea un efectivo disuasivo a hacer cosas extrañas. Asimismo, cree que ha llegado la hora de multar a las personas que hagan «lo que no toca», como puede ser dejar la bolsa de la basura u objetos voluminosos en medio de la vía pública. «Todo lo que se tenía que explicar y educar ya se ha hecho, y hay gente que no reacciona si no le tocas el bolsillo», asevera.

Para que sobre todo las personas mayores vayan perdiendo el miedo de salir de casa –afectada, también, por el impacto que causó la pandemia–, la AV va organizando actividades para encontrarse. Para el 8 de marzo, montaron una merienda sólo para mujeres. Ya se está planeando la siguiente edición. «Estas cosas son las que ayudan a que la gente no tenga miedo», valora Balanyà. Hace ya una década, se llegó a impulsar en el barrio la creación de un grupo de voluntarios que acompañara a las personas de edad avanzada cuando salían a la calle, ante la inseguridad que sentían entonces.

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