Director artístico del Teatro Fortuny de Reus
Cultura
«En el Fortuny queremos recuperar la capitalidad artística»
El dramaturgo y director de escena reusense ya está trabajando en la programación que arrancará en enero del año 2024
—¿Cómo ha sido este paso profesional de asumir la dirección del Fortuny?
—Ha sido un tipo de relevo natural, después de diez años llevando la dirección del Cicle Grans Mestres, porque conozco muy bien la casa y su funcionamiento. Estaba vinculado de manera permanente y, apelando a la sensatez, parecía lo más normal. Y no sólo por el hecho de que ya trabajaba aquí, sino también por ser una persona vinculada a las artes escénicas que puede representar Reus a escala nacional e internacional.
—¿Qué le hizo decidir aceptar la propuesta?
— Cuando te encomiendan un trabajo como este, no es cuestión de pensar si lo quieres hacer o no, sino de valorar si tienes la capacidad para hacerlo. No se trata sólo de programar, sino de dotar la programación de una personalidad propia. Y pienso que sí, que después del recorrido con el Cicle Grans Mestres y de haber asumido la dirección artística de otros proyectos fuera de Reus, era un buen momento para dar una huella personal a la programación del Fortuny.
—¿Cuál será, pues, la huella de Francesc Cerro?
—No se trata sólo de entretener, porque en este momento no podemos luchar contra el mejor entretenimiento: por seis euros al mes puedes tener plataformas como HBO o Netflix. Tenemos que dar un valor añadido generando reflexión. Estamos en una sociedad de cambios rápidos y constantes, que a menudo no sabemos cómo encajar. Queremos generar esta reflexión y que el público, cuando se siente, quizás no se siente muy cómodo con lo que verá, porque le estaremos poniendo un espejo. Y plantearlo no como una conclusión, sino como un punto de partida.
—¿Eso supone romper con la línea que se seguía hasta ahora?
—Yo creo que no, al menos desde el Cicle Grans Mestres ya hace tiempo que trabajamos con esta idea. Les personas que han venido al teatro estos diez años ya saben hacia dónde vamos. Y pienso que hemos aprobado. La prueba es que hemos celebrado los diez años. Que a día de hoy un proyecto cultural haga diez años es muy difícil, sobre todo si hablamos de un teatro público. Así pues, hay una continuación natural. Además, si queremos estar a la altura de otros teatros europeos, tenemos que dar el paso a una contemporaneización de la programación.
—¿Qué espacio aspiráis a ocupar en la oferta de las artes escénicas del territorio?
—Queremos ser la casa de todos, no sólo de los reusenses, sino de todas las personas del Camp de Tarragona y de las Terres de l'Ebre. Queremos recuperar la capitalidad artística que parecía que se había atomizado. Pero, para poder asumirla, necesitamos que lo que se haga arriba del escenario tenga un peso. Tenemos una responsabilidad. No se puede ser puntero de las artes escénicas de la provincia de Tarragona sin hacer alguna cosa diferente, tenemos que ir más allá. Y este más allá pasa por ampliar la perspectiva que ya tenemos de los Grans Mestres, confiando en las personas del territorio, dándoles las mismas oportunidades, al lado de nombres consagradísimos.
—¿Me quiere decir algún nombre que para usted sería un sueño hecho realidad, para su primera programación del Fortuny?
—¿Sólo uno? Tengo millones.
—Los que quiera, pero que sean factibles.
—Hay muchas cosas que son factibles. Si te digo un nombre, haría poca justicia al resto. Lo que sí que te diría es que quiero proyectos que vinculen el territorio con una antena artística internacional. Que lo que hacemos no se quede sólo aquí, sino que tenga un recorrido, un peso y un reconocimiento exterior. Por decirlo de alguna manera, con la programación haremos un traje a medida. Habrá una parte que no se podrá ver en ningún sitio más que aquí. Encargaremos aquella producción expresamente para el Fortuny, y quien la quiera ver, tendrá que venir. No hablemos de cosas de ámbito local, sino de temas que son capaces de unir lo local con lo universal.
—Siempre ha trabajado en muchos ámbitos. ¿Lo seguirá haciendo, ahora que asume el cargo?
—Es necesario. Alguien que lleva una dirección artística no se puede desconectar. La secuencia natural es seguir trabajando en proyectos, siempre que no entorpezcan la relación laboral. E insisto en que es necesario: una persona que lleve un teatro o la dirección artística de un centro de arte contemporáneo no se puede descolgar del arte. Tiene que seguir creando y reconociendo por lo que crea.