Equipamientos
Los vecinos del barrio Fortuny de Reus reclaman la construcción del poliligero
El nuevo equipo de gobierno está estudiando el proyecto, que tendría que quedar programado con la definición del Plan de Acción Municipal
El Ayuntamiento de Reus presentó hace casi un año el estudio preliminar de la construcción de un nuevo poliligero anexo a la Escuela Marià Fortuny. El objetivo era que el equipamiento pudiera estrenarse en el 2024, pero, a estas alturas, el proyecto continúa anclado en la presentación del pasado noviembre y, de hecho, no se ha licitado la redacción de los proyectos básico y ejecutivo. Fuentes municipales apuntan que la iniciativa, «que viene del anterior mandato, está en estudio actualmente» y que su calendario de ejecución quedará determinado con la definición del Plan de Acción Municipal (PAM). Con todo, los vecinos reclaman que se construya el poliligero lo antes posible, argumentando que no sólo beneficiaría al centro educativo, sino todo al barrio.
La directora de la Escuela Marià Fortuny, Núria Sabaté, califica el proyecto de una «oportunidad» que sería «superbuena para la ciudad, para el barrio y para los alumnos». En concreto, apunta que, a día de hoy, el Pabellón Olímpico está «muchas horas reservado porque se hacen muchas actividades» y, en consecuencia, «no todas acaban cabiendo». Entonces, algunas entidades utilizan el patio del colegio, como equipamiento público, para entrenar, si bien considera que «las pistas no están en las mejores condiciones, están viejas». Con el poliligero, cree que los clubs tendrían un espacio alternativo más adecuado para practicar deporte.
Por su parte, los alumnos de la escuela son usuarios del Pabellón Olímpico, donde desarrollan las clases de Educación Física. Sin embargo, cuando se llevan a cabo competiciones de alto nivel, no pueden utilizar las instalaciones y tienen que ejercitarse en el patio, al aire libre, con los condicionantes que, si llueve, tienen que detener la actividad, y, si hace calor, «hace mucha». «Con el poliligero, nosotros y el resto de la ciudadanía podríamos tener un sitio para seguir practicando deporte aunque haya macroacontecimientos», valora Sabaté. «Nos irá bien a todos, porque mejorará mucho el funcionamiento de la escuela, pero muchas horas no estaremos y será para quien quiera utilizarlo», concluye.
La presidenta de la asociación de vecinos (AV) del barrio Fortuny, Cori Balanyà, es de la misma opinión. Apunta que «todo lo que sea para mejorar es positivo» y apunta que se tendría que prestar más atención a garantizar «más accesibilidad a los más pequeños», porque cuando el Pabellón Olímpico no es utilizado por clubs o entidades federadas, muchas veces no puede ir a jugar «porque hay gente más mayor y se queda sin espacio». Particularmente, pone énfasis en el hecho de que los niños no tienen «un lugar donde poder jugar en el barrio» y cree que el poliligero permitiría repartir a los usuarios del pabellón y tener otro lugar en el que practicar deporte.
Según el estudio preliminar, el equipamiento, de 1.350 metros cuadrados, costará unos 2 millones de euros y estará conformado por dos edificios, con pista de juego, graderías, almacenes, vestuarios y un local polivalente de uso escolar y social. Aunque el PAM permitirá definir cuándo se ejecutará el proyecto, el nuevo equipo de gobierno podría establecer otras prioridades. Hay que recordar que el programa del PSC para las elecciones municipales incluía el compromiso de desencallar la construcción del Pabellón del Molinet, que daría servicio al Instituto Roseta Mauri, a la URV y a los vecinos de Mas Iglesias. En el ámbito deportivo, también se estableció la voluntad de estudiar la posibilidad de construir una piscina municipal en el sur y un complejo multideportivo junto al Pabellón Olímpico.