Movilidad
El Ayuntamiento de Reus estudiará la demanda de cargadores de motos eléctricas
Según los resultados del análisis, se podría presentar una propuesta técnica para instalar puntos de recarga específicos en la ciudad
El Ayuntamiento de Reus tiene previsto estudiar, de cara al próximo año, la demanda de puntos de recarga para motos eléctricas y, a partir de los resultados que se obtengan, elaborará una propuesta técnica sobre la posibilidad de instalar en la ciudad. Con todo, cada marca utiliza un sistema de carga diferente y, a estas alturas, «no hay uno universal», tal como alerta la responsable de ventas de Bormar Motos, Anna Martí. Por este motivo, el estudio servirá no sólo para detectar si hay interés en colocar estaciones de recarga, sino también para ver cuáles son los modelos más populares y tener en cuenta la metodología que utilizan.
Martí menciona que gran parte del stock que hay en el mercado funciona con «un enchufe normal», de forma que quien tiene un garaje o parking privado puede cargar el vehículo fácilmente o, en caso contrario, tiene que extraer las baterías y subirlas a casa para conectarlas a la línea de corriente. Precisamente, uno de los aspectos que el Ayuntamiento tiene que analizar es cómo evitar que aprovechen las estaciones personas que no son usuarias de moto eléctrica. Martí cree que se tendrían que poner «unas cajitas», no sólo para asegurarse que sólo utilicen el punto los motoristas, sino también para asegurarse que nadie pueda llevarse el cargador mientras está conectado en el vehículo.
Con respecto a la demanda, el concejal jefe del área de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Daniel Rubio, expresó el pasado abril, durante la presentación de la muestra del vehículo híbrido y eléctrico, el Velèctric, que la moto eléctrica «es un elemento que veremos que poco a poco se irá incorporando a nuestra movilidad». A pesar de todo, Anna Martí comenta que, si bien el mercado empezó a moverse, la demanda «no es tanta como se esperaba» y que, de hecho, «no hay mucho». En concreto, apunta que la población «todavía» tiene predilección por el transporte de gasolina, una inclinación que se entiende por la inferior autonomía de los vehículos eléctricos, cosa que dificulta completar desplazamientos interurbanos, y la molestia de tener que extraer las baterías para cargarlas si no se tiene un lugar adecuado para enchufar directamente el medio de transporte.
La limitada demanda ha hecho que, de momento, KTM sólo haga motos eléctricas «que no circulan por ciudad» y que, en general, están pensadas «para menores», según se explica desde el concesionario Moto Líder. En Bormar Motos, la moto eléctrica más cara de la marca Yadea, de 125 centímetros cúbicos, cuesta 4.890 euros, si bien también hay de la misma cilindrada por unos 3.650 euros. Martí señala que, pidiendo una ayuda para incentivar la movilidad eficiente y sostenible, el importe acaba saliendo similar a una moto de gasolina de 125 cc.