Los usuarios lamentan el cierre de la zona azul de Riera Miró en Reus

Las últimas horas en funcionamiento de la zona azul del área de Riera Miró transcurrieron con completa normalidad. El flujo de coches era constante y, aunque un luminoso letrero llegó a indicar por la mañana que el parking estaba completo, escasos minutos se tenían que esperar para que una plaza quedara liberada y, en un abrir y cerrar de ojos, fuera ocupada de nuevo.

Aunque el perímetro estaba rodeado de carteles que indicaban que, a partir de la medianoche, estaría prohibido estacionar, a raíz de las obras de construcción del complejo de la Hispània, muchos conductores se encontraron la sorpresa al acercarse al parquímetro. «Iba muy bien este parking», lamentaba Josep Maria Brunet.

Él aparcaba a menudo porque estaba «en el centro, a pesar de no estar exactamente en el centro», dado que un callejón conectaba con el arrabal de Sant Pere y, en línea recta, se llegaba al paseo comercial El Pallol. «Cada vez es peor», añadía otra usuaria de la zona azul, Anna Martínez, en referencia a la dificultad en encontrar aparcamiento en Reus.

Los dos conductores consideran que hay pocas alternativas próximas al núcleo y celebran que el futuro parking soterrado permita ampliar las plazas disponibles. Con todo, durante los meses que duren las obras, «te tendrás que buscar la vida», declara Martínez. Brunet piensa que se habrían tenido que ir cerrando progresivamente las 182 plazas. «Somos muchos los que venimos aquí», señala. «Iremos todos hacia los mismos sitios», se quejaba otro usuario, David José.

Lourdes Ramon vive junto a la antigua cochera y ha sido una de las impulsoras de una recogida de firmas para parar el proyecto de la Hispània. Reunieron casi a un millar. «No se puede luchar contra los que mandan», lamenta. Habría preferido que se hubiera transformado el espacio en una zona verde, sin embargo, si no fuera posible, consideraba que mantener la zona azul era un mal menor, ya que una quincena de árboles daban «vida».

Asimismo, asegura que los tenderos están «asustados» porque el parking era una «puerta de entrada» de clientes que se perderá con las obras. «Con los pisos y el aparcamiento soterrado tendría que volver a ser lo mismo, pero, en los años de obras, ¿tendrá que cerrar algún comercio?», se pregunta. Opinión diferente tiene Josep Mur. Apunta que el proyecto es «conveniente» y que permitirá lavar la cara a un área que ve «muy abandonada».

Alternativas soterradas y en superficie

El Ayuntamiento recuerda a los conductores las alternativas próximas que tienen para dejar los automóviles: está el área regulada en superficie de Sant Francesc; los parkings municipales Llibertat, Carrilet, La Fira Centre Comercial y Pastoreta y los aparcamientos soterrados de gestión privada Pallol y Simonet.