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Leer Domènech i Montaner como si fuera un cuento

El cuento ‘Els hexàgons daurats. L’Apis coneix Lluís Domènech i Montaner’ recorre los cinco espacios que el arquitecto proyectó en Reus

Carme Melero y Núria Capella, autora e ilustradora del libro.Gerard Martí

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Apis es una abeja curiosa que ha descubierto que, en algunas aceras de las calles de Reus, hay unos hexágonos dorados como las celdas de su colmena. Y, además, tienen escritos unos nombres y unas fechas. Muy pronto descubrirá que en estas piezas geométricas hay un nombre que se repite a menudo: Lluís Domènech i Montaner. Es así como este insecto encontrará las cinco construcciones emblemáticas de este arquitecto modernista en la ciudad de Reus.

Por el camino, conocerá otros bichos que le serán amigas, y descubrirá muchas curiosidades sobre la ciudad y el mismo arquitecto.

Este es el argumento del cuento Els hexàgons daurats. L’Apis coneix Lluís Domènech i Montaner (Sidillà Edicions), escrito por la reusense Carme Merlo Montagut e ilustrado por la cambrilense Núria Capella Pujals. Las dos son profesoras en el instituto Domènech i Montaner de Reus, y Núria también es arquitecta.

Todo arrancó cuando, en el marco del Año Domènech i Montaner, su instituto recibió el encargo de realizar alguna acción educativa sobre su obra. De aquí surgió la idea de hacer este cuento, que si bien está dirigido principalmente a niños de 6 a 11 años, también tiene la voluntad –y lo consigue– de atrapar al público adulto.

«Apis es una abeja que vive en una colmena en el patio del instituto. Ayudada por diferentes animales y por el viento de Mestral que sopla en Reus, irá descubriendo los edificios», explica Núria. La ilustradora asegura que la intención de las autoras es despertar la curiosidad del público, «porque hay gente que casi no conoce los edificios que hay en el centro de la ciudad o que se piensa que son todos de Gaudí, porque es el único arquitecto modernista que conocen».

La elección de la protagonista, la abeja Ápido, no es casual. «Es un insecto que trabaja de forma cooperativa, igual que lo hacía Domènech i Montaner. Se puede establecer un paralelismo muy claro entre la una, que en la colmena se rodea de otras abejas que hacen otras tareas, y la otra, que se rodeaba de profesionales como escultores, ebanistas, etc., destaca la ilustradora. Esta cuestión, la del trabajo en equipo, es uno de los valores que el cuento permite trabajar de manera paralela.

Y, según detalla la ilustradora, no es el único: «Se pueden trabajar cuestiones como la muerte, porque una de las obras menos conocidas de Domènech i Montaner es la capilla que le encargó el señor Margenat cuando se le murió un hijo, hecho que también vivió el mismo arquitecto. O las enfermedades mentales, porque pasamos por el Instituto Pere Mata. También se puede reflexionar sobre el autoconocimiento, al visitar la Casa Rull y ver que en la fachada hay unos símbolos que nos hablan de la persona que vivió allí.

Incluso de los celos, al pasar por la Casa Gasull, ya que su propietario quiso que mostrara su capacidad económica en la ciudad...». Aparte del libro, las autoras también han elaborado un cuaderno para trabajar todas estas cuestiones asociadas a la historia. Els hexàgons daurats. L’Apis coneix Lluís Domènech i Montaner ya está en las librerías.

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