El Ayuntamiento de Reus prevé la adquisición de catorce radares pedagógicos solares
Vecinos del sur de la ciudad piden que se instalen en vías como la calle Pintor Fuster
Fotografía de uno de los radares pedagógicos, colocado en la avenida del Onze de Setembre.
El Ayuntamiento de Reus permanece trabajando en pro de la seguridad vial. El consistorio planea comprar catorce radares pedagógicos solares, con los objetivos de «continuar con las labores pedagógicas» y «garantizar la seguridad del tráfico dentro de la ciudad». La Guardia Urbana señala que estas herramientas «corrigen el comportamiento de los conductores, ya que les indica la velocidad a la que circulan con los mensajes correspondientes, así como, a su vez, registran todos los datos del tráfico», información que puede ser utilizada con posterioridad para elaborar estudios, planes de acción «y campañas más contundentes». Al menos, los nuevos radares registrarán la cantidad de vehículos y las velocidades medias y máximas en ambos sentidos de la circulación.
En el pasado, la Guardia Urbana ya adquirió radares pedagógicos móviles, que se instalan en vías en las que se considera que debe tenerse un control especial, por ejemplo, por la proximidad de centros escolares. Esta tecnología, que advierte al conductor si está circulando por encima de la velocidad permitida, se ha podido ver en lugares como la avenida del Onze de Setembre o la calle Pintor Fuster.
El Ayuntamiento ha sacado recientemente a licitación el correspondiente contrato para la compra, que incluye el suministro de baterías recargables y los soportes que permitan el anclaje. Los equipos se entregarán en cuatro entregas, hasta 2026, aunque las unidades definitivas que se adquirirán dependerán de las necesidades del cuerpo de seguridad. El presupuesto base del concurso será de 33.560,85 euros (IVA incluido).
El sur reclama más control
Por otra parte, en el sur de la ciudad reclaman que haya más control de la circulación. Juan Pedro García, vecino de los alrededores de la calle Pintor Fuster, afirma que esta vía «parece una autopista» y, aunque hay una zona residencial y el Pabellón Olímpico, y aunque sólo hay un carril por cada sentido de circulación , «ni los camiones van a 30 kilómetros por hora». «Es verdad que allí corren mucho los coches y, por la noche, a veces hacen carreras», denuncia la presidenta de la asociación de vecinos (AV) Zona 5, Elena Baquero. Aparte del «miedo», García explica que se ha tenido que instalar una «doble ventana» en casa por el ruido.
Durante un tiempo, hubo un radar pedagógico en la calle Pintor Fuster, y García y Baquero afirman que «los coches aflojaban». Por este motivo, piden que se vuelva a instalar o que se coloquen resaltes. La portavoz vecinal señala que recientemente se reunió con representantes del Ayuntamiento y de la Guardia Urbana en la que se le transmitió que estudiarían «qué se puede hacer». También menciona la opción de poner pilones separando los carriles.
Por su parte, el presidente de la AV del barrio Juroca, Manuel Villalba, destaca que la problemática se repite en otras partes, como la calle de Astorga y la avenida del Mediterrani, y explica que hace «mucho tiempo» que pide la presencia de los «elementos necesarios» para que los coches «no corran tanto».