El nuevo planteamiento para la Bassa Nova de Reus: un espacio «más natural» para las familias

La recuperación de la Bassa Nova es una de las asignaturas pendientes del Ayuntamiento de Reus. Después de que tanto la licitación del contrato de obras como el posterior proceso negociado quedaran desiertos, el consistorio se vio obligado a revisar el proyecto para hacerlo viable.

En estos momentos, se encuentra en fase de «redefinición», pero ya se conocen unas primeras pinceladas sobre el nuevo escenario dibujado. «Se ha buscado que sea un entorno mucho más natural y más blando de lo que se había planeado inicialmente», señala el concejal del área de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Vía Pública, Daniel Rubio.

El edil concreta que la intención es «reducir ladrillo» en pro de «más verde, con taludes y maderas que sean de fácil mantenimiento» y con la presencia de vegetación autóctona. Ejemplariza esta voluntad comentando que parte de la gradería propuesta originalmente se podría sustituir por taludes. No obstante, los ladrillos que se utilicen seguirán la estética ya presente en el paseo de la Boca de la Mina con la filosofía de continuar «la expansión» del camino.

Por otra parte, Rubio afirma que la voluntad municipal es que la recuperación de la Bassa Nova se vertebre en cuatro ejes que identifiquen el proyecto con un perfil «multidisciplinar»: la recuperación del patrimonio, el agua como elemento de dinamización, la naturalización y la creación de un lugar «pensado para las familias en plural», donde la población encuentre un «espacio de sombra y de agua en el que poder parar, refrescarse y jugar».

Otro de los factores que el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad subraya es la «seguridad». El diseño tiene que permitir «que en todo momento tengas visibilidad de los 360 grados y que no haya ningún rincón donde la gente se pueda esconder», intenciones que se verán favorecidas por la disminución de la presencia de ladrillos. También se instalarán cámaras de videovigilancia y «se recuperará e iluminará» el pasaje que conecta la Bassa Nova con la plaza de Maria Àngels Ollé y la Escuela Mowgli.

Añade Rubio que no se espera que se reduzca el presupuesto de ejecución previsto inicialmente, que era de unos 700.000 euros, pero que la disminución del ladrillo, «un elemento que hacía encarecer el proyecto», permitirá que la presencia del agua tenga «mucho más juego» como elemento decorativo y patrimonial. La Bassa Nova contará con una lámina hídrica de unos 10 o 15 centímetros de profundidad, explica el edil, para que en caso de que alguien caiga o se maree «sea imposible ahogarse». Adicionalmente, se alargará la pasarela pensada para pasear por dentro de la balsa, estando rodeado de agua.

El despacho adjudicatario de la revisión del proyecto, Gallego Arquitectura, tiene hasta finales de febrero para entregar el documento definitivo. A continuación, tendrá que ser aprobado por el Ayuntamiento, pasar un periodo de exposición pública y, entonces, se podrán licitar los trabajos. Con este calendario en mente, Rubio calcula que las obras podrían empezar en septiembre del presente año. «Es un proyecto que tenemos muy interiorizado y la ciudad tiene ganas», concluye el edil.