El agua potable se encarecerá un 10% en Reus

Los precios de la tarifa de agua potable de la ciudad de Reus se encarecerán un 10%. Este viernes el pleno ordinario del Ayuntamiento ha aprobado este nuevo incremento. de las tasas municipales.

Esta modificación, integrada en la ordenanza número 24, reguladora de los servicios del suministro de agua potable, alcantarillado y otras tarifas de servicios vinculados, tiene como objetivo hacer frente a la actual situación de sequía y garantizar la sostenibilidad y disponibilidad de este recurso vital.

En noviembre, el consistorio, a través del concejal Manel Muñoz, ya aprobó esta medida a causa de la «crisis climática» y la sequía por ala dificultad del acceso a este recurso.

Para mitigar el impacto en las familias más vulnerables, se ha anunciado la incorporación de una tarifa social. Esta medida implicará una reducción del 50% en el importe de la cuota fija, así como en el precio del primero y segundo bloque de la cuota variable del agua y el alcantarillado. Muñoz ha destacado que la inclusión de esta tarifa social refleja la conciencia del Ayuntamiento sobre los posibles efectos negativos de la subida del 10% en las familias más necesitadas.

En estos casos, la bonificación se aplicará desde el momento en que la Agencia Catalana del Agua (ACA) confirme el cumplimiento de las condiciones sociales o cuando los servicios sociales municipales comuniquen la situación de vulnerabilidad del suscriptor o suscriptores al servicio básico.

El consumo estará condicionado para que estas viviendas no superen la dotación de 12 m³ mensuales de agua, para unidades familiares de hasta 4 miembros, añadiendo 3 m³ adicionales por persona adicional o con discapacidad. El objetivo es concienciar sobre el uso responsable del agua, además de garantizar la accesibilidad y asequibilidad para todos los ciudadanos.

La propuesta ha sacado adelante con los 15 votos favorables del equipo de gobierno, conformado por PSC, ERC y AraReus, mientras que los 12 concejales de la oposición han expresado su oposición.

Desde la CUP, Mònica Pàmies ha manifestado su desacuerdo, argumentando que «un incremento del 10% no está fomentando el ahorro de agua». La crítica se centra en la percepción que un aumento en la tarifa podría desincentivar el uso responsable del recurso hídrico, especialmente en un contexto de sequía y crisis climática.

El equipo de gobierno, representado por el PSC, ERC y AraReus, defiende la medida como necesaria para hacer frente a la situación de sequía y asegurar la sostenibilidad del suministro de agua a largo plazo. Argumentan que el aumento está diseñado para incentivar un uso más consciente del agua y generar ingresos adicionales cruciales para proyectos de conservación y adaptación.

La división en la votación refleja la polarización de opiniones en la ciudad sobre cómo abordar los desafíos relacionados con el agua y destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre las necesidades financieras del municipio y la preocupación por el impacto en los ciudadanos, especialmente en las familias más vulnerables. El debate continuo sobre la gestión del agua y las políticas tarifarias promete mantenerse en el centro de la agenda política local en los próximos meses.