La Semana Santa de Reus contará este año con un plan de autoprotección

La Agrupación de Asociaciones de Semana Santa de Reus, en coordinación con el Ayuntamiento, está elaborando un plan de autoprotección para la Semana Santa, que detallará los procedimientos a seguir en caso de emergencia. Está previsto que el documento, que tendrá una vigencia de cuatro años, se apruebe este 2024 y pondrá el foco en las procesiones de la Amargura, las Tres Gracias y el Santo Entierro.

Aparte de definir las líneas de actuación en escenarios concretos, el plan permitirá determinar la disposición de los equipos médicos en el recorrido, entre otros aspectos. El presidente de la agrupación, Jaume Piñol, destaca que se trata de un texto de carácter técnico que contempla situaciones «que tengan afectación para la salud y la gente», como podría ser una amenaza de bomba o que se incendie un paso. Por ejemplo, concreta quien será el jefe de emergencia de cada acto, vinculado a la cofradía organizadora.

Aunque sea la agrupación quien encabece la redacción del plan, Piñol subraya que todas las cofradías, hermandades, archicofradías y congregaciones seguirán teniendo «total independencia» a la hora de programar sus actos. «Es un documento técnico y cada una mantiene intacta su independencia e idiosincrasia a la hora de cambiar los recorridos», expresa. «La agrupación no entra ni en la forma ni en el fondo de las procesiones, sino en el protocolo que se tiene que seguir en caso de que pase una emergencia», añade.

Asimismo, señala que las entidades implicadas «tienen voz» en la elaboración del documento y que se formará a las personas con «responsabilidades». La necesidad de redactar un plan de autoprotección surge del Decreto 30/2015 de la Generalitat, que fija las actividades obligadas a adoptar medidas de autoprotección por su carácter multitudinario.

En aquel momento, se consideró que las procesiones de la Amargura, las Tres Gracias y el Santo Entierro podrían estar incluidas en el paraguas al ser las que tienen «riesgo» a pesar de no llegar al mínimo de 10.000 personas congregadas. El texto requiere «tiempo, dedicación y dinero» y agrupación y Ayuntamiento acordaron hacer, hasta ahora, protocolos de emergencia para saber cómo actuar en ciertos supuestos. «Ahora queríamos poner orden», concluye Piñol.