Restauración
El Taller Avall de Reus trabaja para «curar» tres pasos de Semana Santa y unos gegants bicentenarios
El equipo, que conserva y restaura imaginería patrimonial, ya planifica encargos para el 2025
El Taller Avall, especializado en la creación, la conservación y la restauración de elementos patrimoniales e imaginería festiva, no para nunca. «Estamos haciendo la planificación para el 2025 y alguna cosa ya para el 2026», explica su gerente, Aleix Vall. Superadas las fiestas de Navidad, «empieza la época de Semana Santa y Carnaval». Este año, sin embargo, el equipo decidió prescindir de Carnaval para «estar al 1.000% con las figuras que nos han llegado».
El Hospital de la Cultura, como se ha llegado a llamar el taller, porque es donde «se llevan las piezas para que se curen o las podamos salvar», está trabajando en la restauración de tres pasos —el Misterio de la Crucifixión de Valls; la imagen de Nuestro Padre Jesús en la Columna, de la cofradía de los albañiles de Reus, y el Nazareno de Torredembarra- y los gegants bicentenarios del barrio d'Avall de Montbrió del Camp.
El Misterio de la Crucifixión de Valls, por lo común conocido como La Carretada, implica una carrera a contrarreloj para el equipo. Fecha de 1949, pero el conjunto escultórico «se rompe con mucha frecuencia», explica Vall. La intervención se centrará en limpiar y consolidar las figuras, reconstruir las peanas y recuperar la colorimetría original. Está previsto que la actuación esté terminada a finales de febrero y que se presente en marzo.
El paso de Jesús en la Columna, obra de Teresa Vidal, es «precioso», opina Vall, pero está repintado con un color que distorsiona la lectura original. Se eliminarán los elementos añadidos, se consolidará la madera, se sustituirá el techo de la parihuela, se implantará un sistema nuevo para las flores para que no transmitan la humedad, se arreglará la olla y se sanearán y dorarán las molduras.
Con respecto al Nazareno de Torredembarra, que es llevado a hombros, se colocará un sistema de aislamiento en la base para evitar que se rompa. Los gegants de Montbrió fueron comprados durante la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. El equipo del taller está contento «con que nos hayan llegado a nuestros días» y, después de las tareas previstas, incluida la documentación, se quiere que se declaren patrimonio protegido.