Movilidad
La Ganxeta registra más de 10.000 viajes en un mes y seguirá siendo gratuita hasta el 9 de abril
La ciudadanía pide una ampliación de las estaciones para que lleguen a todos los barrios de Reus
La Ganxeta seguirá siendo gratuita hasta el 9 de abril. El Ajuntament de Reus había anunciado, originalmente, que el servicio de bicicleta compartida podría utilizarse sin ningún coste e ilimitadamente durante su primer mes de funcionamiento para que la ciudadanía la probara. Con todo, el presidente de Reus Mobilitat i Serveis (RMS), Daniel Marcos, anunció ayer la ampliación del periodo, con el fin de consolidar el hábito de pedalear, poner de relieve la bicicleta como un modelo de transporte alternativo y sostenible y permitir a los usuarios más jóvenes aprovechar la promoción de lanzamiento.
Tal como informó Diari Més en la edición del 28 de febrero, la modificación del reglamento fue aprobada definitivamente esta semana, con su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de Tarragona después de un periodo de exposición pública, y entrará en vigor el 12 de marzo. De esta manera, se reducirá la edad mínima para subir a la Ganxeta, de los 16 a los 14 años, así como se ampliará el horario del servicio a las 24 horas del día. «Tenemos gente joven que todavía no lo ha podido usar», expresó Marcos. Hay que recordar que, para los menores de 16 años, es obligatorio ponerse el casco de seguridad. Para disfrutar de 30 minutos de bicicleta a coste cero, hay que introducir el código ESTRENA en la aplicación móvil Ganxeta. Durante el primer mes, la contraseña se ha utilizado más de 4.000 veces. Se puede introducir cada día.
En los primeros 30 días en marcha, se han registrado más de 10.000 viajes efectuados en la bicicleta de color mostaza y se han validado unos 3.500 usuarios a la app correspondiente. «Eso es una constatación que la ciudadanía se ha hecho suya la Ganxeta y cada vez encontramos más este vehículo», apuntó el presidente de RMS, a quien recordó que, cuando se inauguró el nuevo sistema de movilidad, el 30 de enero, eran 500 las personas registradas al software. «La tendencia está en alza», remarcó. Asimismo, añadió que el trayecto medio es entre los 4 y los 12 minutos. Con respecto al perfil de los usuarios, el edil comentó que hay tanto ciclistas «muy fidelizados que seguirán utilizando la Ganxeta con los modelos de pago» como «gente que puntualmente la va cogiendo».
Dos ampliaciones
Marcos anunció ayer la ampliación, en los próximos meses, de la capacidad de dos de las estaciones actuales. La primera a crecer será la si-tuada en la plaza de la Estación, delante de la estación de tren, con una veintena de anclajes más —hay veinte—, que responde a la voluntad municipal que la Ganxeta sea «un medio de transporte conectado con diferentes modalidades». Además, se reforzará con nuevos puntos la plaza de Sant Francesc, junto al Instituto Salvador Vilaseca. En la actualidad, tiene dieciséis.
El presidente de RMS destacó que las dos estaciones que serán ampliadas son «de las más fuertes». En este contexto, comentó que también tienen una alta demanda los anclajes de Oques —a la calle de Sant Joan, ante el Mercado Central-, «por el flujo de trabajadores que lo utilizan al salir del trabajo», y los situados en Jardins de Reus y al sur. «Muchos ciudadanos que viven en el sur lo utilizan para ir a la estación de tren o, desde allí, lo cogen para ir en sus barrios», destacó a Marcos, quien celebró que, en los primeros días, se han detectado «muy pocas incidencias».
La opinión de la población
A pesar de las ampliaciones anunciadas por el presidente de RMS, algunos usuarios han mostrado reticencias y piden que las estaciones lleguen en todos los barrios de Reus y delante de las facultades de la universidad lo antes posible. «Tendrían que poner en los barrios que están más lejos para que puedas llegar y no tener que coger el coche hasta el centro», afirmaba Marcos Massó, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Reus (FAVR) y de la entidad vecinal Les Palmeres de Aigüesverds. Un reusense, Dídac Rodríguez, apunta en la misma dirección: «Hay sitios donde no llega, por eso, prefiero seguir utilizando la moto, ya que tengo más estacionamientos». Por otra parte, piden una mejora en los carriles para poder circular con más seguridad. «Esperamos que esta iniciativa vaya seguida de carriles bici más seguros y arreglados, porque ahora hay algunos que están en mal estado», comentaba Albert Martí, ciudadano de Reus.
Uno de los temas que ha generado más dudas y diversidad de opiniones es la reducción de la edad mínima para poder hacer uso de la Ganxeta. Una tendera, que prefiere mantener la identidad en el anonimato, apunta que «es mejor que la edad mínima sea a partir de 16 años, a diferencia de Massó,-- que no ve mal este cambio: «Algún motivo deben tener para bajar la edad, no lo encuentro mal». «Si lo han hecho es porque lo han estudiado y han visto que se puede hacer», añadió. De hecho, a pesar de sus propuestas de mejora, el presidente de la FAVR considera que la introducción de la Ganxeta es «positiva» y que el tiempo le acabará dando la razón». Además, predice que, cuando sea de pago, «siempre habrá alguien, no disminuirá mucho su uso».
A.G. es uno de los ciudadanos que ya ha probado cómo funciona la bicicleta mostaza. Ha completado «seis o siete viajes», asegura, y opina que su llegada a la capital del Baix Camp es una buena noticia porque el municipio es «bastante plano». También piensa que, cuando se apliquen las tarifas —1 euro al día, 9 euros el abono mensual, suscripciones especiales para jóvenes y personas de edad avanzada y descuentos para los usuarios habituales- «habrá menos gente», pero supone que «si la gente la ve, habla bien y va de boca en boca, al final, irá bien». «Creo que la gente se tendría que adaptar más a la bici; pasa, sin embargo, que somos un país que estamos bastante en la cola en este aspecto», reflexiona A.G.
«Creo que la gente se tendría que adaptar más a la bici; pasa, sin embargo, que somos un país que estamos bastante en la cola en este aspecto»