Política
Sandra Guaita: ¿«La ciudad puede evitar utilizar el 50% del talento que tiene si queremos ser referentes»?
La alcaldesa analiza el papel de la mujer en la política y la ciencia y defiende a una sociedad feminista
Sandra Guaita es la primera alcaldesa de Reus. Con el 8 de marzo en el horizonte, fue invitada a El Círcol para expresar como voz la ciudad. No lo hizo, sin embargo, en términos de urbanismo, vivienda, medio ambiente o cultura. Lo hizo con ojos de mujer; analizando la presencia de la mujer en la política, la ciencia y los cargos de responsabilidad. ¿«Queréis decir que nuestra ciudad puede evitar utilizar el 50% del talento que tiene si queremos ser una ciudad referente en Cataluña»?, preguntó a los asistentes. Su respuesta fue clara y contundente: no. «Trabajaré por una ciudad feminista, igualitaria, justa, donde podemos brillar con orgullo, pero con el orgullo de no habernos dejado nadie por el camino», aseveró.
La alcaldesa señaló que el hecho de ser la primera mujer a ostentar el cargo en Reus es una «anomalía democrática». ¿«Queréis decir que no hubo mujeres que hicieron que la ciudad fuera lo que es y no están reconocidas en ningún sitio»?, cuestionó. Y tanto que serían. Recordó la figura de la diputada a Clara Campoamor, quien jugó un papel vital para que las mujeres tuvieran derecho al voto en España. «El sufragio femenino ha permitido el sufragio universal, que toda la población pueda votar», señaló. Siguió mencionando Maria Tarragó, Misericòrdia Vallès, Lídia Martorell, Rosa Just, Carme Miralles, Carmina Pozuelo, Pilar López y gran parte de las mujeres que lo han precedido ocupando cargos de responsabilidad en el Ayuntamiento de Reus desde 1979. En el primer consistorio democrático, hubo sólo dos ediles, y en momentos diferentes. «En el mandato actual, encontramos a 13 mujeres y 14 hombres», comparó, subrayando que las seis tenencias de alcaldía están repartidas a partes iguales entre los géneros. ¿«Hemos avanzado? Obviamente. ¿Falta camino para recorrer? Obviamente», reflexionó.
Después de los resultados de las últimas elecciones municipales, un 27,6% de los municipios catalanes tienen una mujer en la Alcaldía. «En las candidaturas estamos, pero entre los cabezas de lista, menos», valoró. «Tenemos que luchar por estar en igualdad de condiciones, ni más ni menos, porque estamos igual de capacitadas», subrayó. Guaita no quiere «que me regale nada nadie». Ninguna mujer quiere «que nadie nos regale nada». «Ahora bien, sí que queremos que se nos reconozca el trabajo que hemos hecho», destacó a la alcaldesa.
Al inicio de su intervención, la alcaldesa puso a prueba a los oyentes con una batería de preguntas: ¿«Quién se considera feminista? ¿Quién se considera machista? Quién no se considera ni a feminista ni a machista»?. Pidió a los asistentes que pensaran interiormente, pero el interrogatorio tenía trampa. «O se es feminista y se lucha por la igualdad o no se es feminista y, por lo tanto, se es machista», apuntó. Uno que piense que ninguno de los dos calificativos lo define, «eres machista, pero no lo quieres reconocer», remachó. Para un indeciso, Guaita recordó que el feminismo «no es poner a la mujer por encima de nadie, sino trabajar por la igualdad entre los unos y los otros, y la sociedad más justa es aquella que permite acceder en igualdad de condiciones en los lugares». «La ciudad es la que es, ha sido la que ha sido y será la que será con el trabajo conjunto de hombres y mujeres; si no, no llegaremos a ser referentes», apuntaló.
La alcaldesa comparó la disparidad en la política con la que se vive en el campo de la ciencia, su ámbito profesional, donde las mujeres constituyen sólo un 28% del total del personal investigador del mundo, sólo el 3% de los Premios Nobel de ciencias se han concedido a mujeres y su presencia disminuye a medida que se asciende en la pirámide de responsabilidad. Marie Curie es de los pocos nombres conocidos universalmente. «Tenemos talento femenino que nos sale de los poros y lo tenemos que aprovechar», valoró. Acabó con un recuerdo para sus hijos: «A la sociedad feminista, la quiero para mis hijos, porque quiero a una sociedad igualitaria en que todo el mundo tenga igualdad de oportunidades y en que contamos con todo el mundo». Ellos ya son «más feministas que yo», acabó.