Comercio
El arrabal de Santa Anna de Reus «ha mejorado mucho» convirtiéndose en zona de peatones
Los comerciantes lo ven como un buen cambio y expresan optimismo con la pacificación del tráfico
Los casi dos años de obras para convertir el arrabal de Santa Anna en una zona para peatones se dieron por acabados en noviembre del año pasado, con la prueba piloto de la reordenación del tráfico en el centro. Con un solo nivel, nuevos elementos de mobiliario urbano y sin tráfico, el arrabal se ha convertido en una calle pacificada que a la mayoría de los comerciantes lo ven como un buen cambio y expresan optimismo con la nueva zona. Durante estos meses se ha visto «más afluencia de gente y creo que el paseo ha mejorado», asegura una tendera de Santi Per.
Una comerciante de Fil i Cotó comenta: «Desde mi punto de vista, yo creo que es mucho mejor que sea para los peatones, creo que el arrabal ha ganado mucho». Aunque «falta que la gente se acostumbre, es lo que a veces decimos que, cuando salimos, vamos por la acera en vez de ir por el medio que es mucho más agradable porque no tienes ningún tipo de trampa». Lo único que se necesitaría sería «que la gente se pasee, entre, compre y gaste».
No todos los tenderos ven una mejora del arrabal sino que algunos se llegan a sentir «perjudicados». «Se suponía que cuando hicieran esto los locales cada vez estarían más llenos, y resulta que el termómetro ha sido al revés», apunta el comerciante de +idees-Mi Electro. El mismo mes de noviembre, empezaron las obras del complejo de la Hispània en el aparcamiento de zona azul de Riera Miró y «eso ha sido un desastre porque ha hecho que se carguen 200 plazas de estacionamiento que tenían mucha rotación», cerró.
El dependiente de +idees-Mi Electro asegura que las obras del parking de superficie es lo que «ha acabado de matar la parte de abajo del arrabal de Santa Anna» porque «la gente se queja mucho del hecho de que no saben dónde aparcar». «El arrabal ha quedado bien, pero nosotros ya dijimos muchas veces que el termómetro es el que hay y cada vez va a más porque, si cierro yo y el Abacus, este tramo está muerto», añade.
Por otra parte, los vecinos de Reus han notado una subida en los establecimientos que se traspasan en esta zona. En el último tramo, se pueden incluso encontrar cuatro tiendas juntas con el cartel colocado en la puerta. La gran mayoría de propietarios no ven que eso tenga que ver con el nuevo paseo para peatones.
«Quizás ahora se fijan, pero es la línea general de establecimientos que abren y cierran, hay los mismos o menos comercios ahora que antes de las obras», afirma el dependiente de Serveis Seguretat Panys i Claus. «Estaban ya de antes de que la calle fuera para los peatones», añade la comerciante de Fil i Cotó. Creen que tiene más relación con el alquiler, ya que, «los locales son muy grandes y piden bastante dinero», cerró.