Medio Ambiente
La balsa del entorno del Pedret favorecerá la recuperación de especies protegidas o en peligro de extinción
Se estudiarán las condiciones de habitabilidad de animales como el sapo o el fartet
Una de las patas del proyecto RENATUReus es la creación de una balsa naturalizada en torno al barranco del Pedret —la ubicación prevista es una zona verde entre las parcelas de los números 30 y 34 de la calle de les Margarides, junto a la urbanización Aigüesverds—.
A partir de la recuperación y el aprovechamiento del agua de la depuradora que va al barranco, se pretende crear un nuevo ecosistema que fomente la biodiversidad, ofrezca opciones de descanso y nidificación a las aves y permita acercar la naturaleza a la ciudadanía.
En concreto, el Ayuntamiento quiere favorecer la dispersión de especies protegidas o en peligro de extinción, como el sapo (Alytes obstetricans), la ranita meridional (Hyla meridionalis) y la rana verde (Pelophylax perezi), tres anfibios, y se valorarán las condiciones de habitabilidad que requerirían el fartet (Aphanius iberus), un pez en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y la tortuga de estanque (Emys orbicularis).
De hecho, organizaciones como el Zoo de Barcelona trabajan desde hace años para salvar y reintroducir el fartet, un pez de reducidas dimensiones que habita el litoral mediterráneo español y que ha sufrido un remanso en ejemplares por la destrucción de su hábitat, la contaminación y la introducción de especies invasoras.
En el espacio, se incorporarán cajas nido para murciélagos y aves insectívoras, se estudiará la posibilidad de trasladar un nido para una pareja de cernícalos existente en la zona y se analizará la posibilidad de plantar vegetación de ribera, agrícola y de montaña baja.
Se tendrá especial consideración para favorecer la presencia de invertebrados, como caracoles, libélulas y chinches acuáticos, anfibios, aves limícolas —que se alimentan de los pequeños invertebrados que cogen del fondo fangoso de las aguas—, zooplancton y algas.
Estas especies se consideran como un hito para medir la diversidad de fauna en el espacio naturalizado, y se determinará la presencia o ausencia de ellas en cinco puntos considerados representativos. La superficie del pantanal no será inferior a los 15.000 metros cuadrados (m2) y la disponible es de 25.435 m2.
El proyecto también tiene que contemplar que, en su recorrido, el agua experimente una mejora de la calidad y que sea impulsada desde la salida de la depuradora hasta el enclave fijado mediante energías renovables.
El concejal jefe del área de Medio Ambiente, Daniel Rubio, afirma que, además, se tiene que configurar el entorno de la balsa para que «permita acoger actividades relacionadas con el conocimiento de la naturaleza, especialmente con la observación de pájaros, con una clara voluntad pedagógica».
Dado que una de las metas es naturalizar el espacio, se considera que habrá que minimizar los gastos en urbanización a las mínimas imprescindibles, si bien se talarán las cañas de la zona más cercana al barranco, que serán guardadas para su aprovechamiento, y se eliminarán rizomas para instaurar un ecosistema de ribera más rico. También se pretende que el sistema sea lo más autónomo posible.
El consistorio ha sacado a concurso público el contrato para la redacción del anteproyecto y el proyecto ejecutivo de la iniciativa, así como de la futura dirección de obras, con un presupuesto de licitación de 93.637,51 euros (IVA incluido), un proceso que permitirá acabar de definir el diseño, el ámbito y el alcance de la actuación. El plazo de redacción es de seis meses.
Hay que recordar que el proyecto RENATUReus tiene un presupuesto de 4,2 millones de euros, financiado en un 95% por fondos Next Generation, e incluye otras actuaciones, como la construcción de refugios climáticos en escuelas y la naturalización de sus entornos.