Les obras para soterrar las torres del Pinar costarán 4,3 MEUR y tendrán que estar acabadas en 5 años

Más de 50 años han sido los vecinos de la urbanización El Pinar reclamando el soterramiento de las líneas de alta tensión que atraviesan la avenida de les Torres y, «por fin», hay fecha límite para que desaparezcan de su vista. La directora del Instituto Catalán de Energía (ICAEN), Marta Morera, detalló ayer, después de reunirse con representantes de los ayuntamientos de Reus y de Castellvell del Camp y con vecinos del barrio, que se ha concedido un plazo máximo de 5 años para ejecutar las obras.

El proyecto prevé actuar en 1,43 kilómetros de la línea de 110 kV Reus-Valls y Reus-Seròs y cuenta con un presupuesto inicial de 4,3 millones de euros, de los que la Generalitat de Catalunya financiará 2,46 millones después de autorizar el ICAEN a conceder una subvención al Ayuntamiento de Reus para abordar la situación, tal como avanzó Diari Més en la edición del 30 de abril.

La concejala del área de Urbanismo de Reus, Marina Berasategui, y el alcalde de Castellvell, Josep Manel Sabaté, comentaron que el siguiente paso será concretar el convenio con Endesa, quien tendrá que ejecutar la intervención. La intención es cerrarlo antes de que acabe el 2024, aunque Berasategui comentó que predecir el inicio de las obras es «muy difícil ahora mismo».

Asimismo, detalló que el proyecto supondrá hacer dos torres de soterramiento —una en el término municipal de Castellvell y la otra en la subestación del sur del Pinar— que permitirán que la línea deje de ser aérea y tenga «un mínimo de profundidad», de forma que quedará protegida y no causará «efectos en el vecindario». Además, adelantó que, acabada la actuación por parte de Endesa, el Ayuntamiento ejecutará un pequeño proyecto de intervención «para dejar acabada la avenida, que ya no se podrá llamar de las Torres».

El soterramiento de las líneas de alta tensión del Pinar es una reivindicación histórica del vecindario y, además, un objetivo de la administración pública. El compromiso de retirarlas había sido establecido en el 2006, sin embargo, según comentó Morera, «una crisis económica, que agravó todavía más el infrafinanciamiento que sufre la Generalitat por parte del Estado», y el hecho de «no disponer de un proyecto técnico, que las tres partes estuvieran de acuerdo», impidieron convertirlo en una realidad.

Expresó que era «una ilegalidad haber dejado construir una urbanización bajo líneas de alta tensión». No obstante, apuntó que «de aquí a futuro necesitamos muchas líneas que transporten energía eléctrica» en detrimento del uso de combustibles fósiles, pero «evidentemente se tiene que hacer con proyectos renovables y de líneas que respeten el medio ambiente, la sociedad y las ciudades».

Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos del Pinar, Anton Sotorra, se congratuló por empezar a ver «el fin de todo este trabajo hecho durante más de 50 años». Declaró que «nos veíamos un poco olvidados» porque, aunque la energía es necesaria para todo el mundo, «los que la sufríamos éramos nosotros, por el impacto visual y otros tipos de impactos, como el de la salud». Celebra que, con el soterramiento, «pueda disfrutar todo Reus de un espacio que es de todos» y «podamos destinar los esfuerzos a otras cuestiones mucho más lúdicas».

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