Entrevista
Joseba Azkarraga: «Las víctimas de la violencia no quieren ser utilizadas, quieren que se las deje en paz»
El exconsejero de Justicia del País Vasco y portavoz de la plataforma Sare asegura que los paralelismos de algunos partidos políticos entre el proceso independentista catalán y ETA son «perversos»
¿Cuál es la situación actual de los presos de ETA?
«Hace dos años que se puso fin a la política de aislamiento, que ha durado 34 años, con la que los presos han llegado a estar a 1.200 kilómetros del País Vasco. Y que para hacer una visita de 40 minutos tengas que recorrer 1.200 kilómetros de ida y después vuelta castigaba más a los familiares que a los presos. Entonces, se puso fin fruto de muchas cosas, entre ellas la movilización ciudadana a través de organizaciones como la Sare. También, gracias a un cambio de actitud por parte del gobierno, en este caso el socialista, con el que ya todos los presos están en prisiones del País Vasco. No obstante, la fiscalía sigue obstaculizando las progresiones de grado. Consideran que sólo hay una manera de cumplir la pena que es dentro de la prisión, cuando la ley permite alternativas como la libertad condicional o la semilibertad. Ahora mismo todavía quedan unos 150 presos aproximadamente bajo leyes excepcionales que se han aprobado exclusivamente para perjudicarlos. Por ejemplo, según la ley el tiempo cumplido en prisiones francesas no computa en España y de estos hay una sesentena».
Para cicatrizar las heridas, ¿hace falta cambiar esta estrategia punitiva con respecto a los presos?
«Exige una autocrítica por parte de todo el mundo, tanto de los presos como de los partidos políticos. Pero aquí sólo se está exigiendo autocrítica a los presos y a la izquierda abertzale. Nadie dice nada sobre la autocrítica que tiene que hacer el gobierno por el terrorismo de estado, como fueron los GAL. El terrorismo acabó hace casi trece años, pero las consecuencias de esta violencia se mantienen. Una parte de las consecuencias son los presos, pero también las víctimas tanto de ETA como de la violencia de estado. Por lo tanto, exige un acuerdo de mínimos entre los partidos. Por ejemplo, no es aceptable que se utilice políticamente a las víctimas de forma constante como hacen la derecha y la extrema derecha, como si fueran un arma arrojadiza. Lo hemos visto en la campaña electoral de hace poco en el País Vasco, en el que sacaban el tema de ETA como si sirviera para todo».
¿Cuál es la consecuencia de que ETA esté constantemente en el debate político?
«Es una actitud muy cínica. Los que lo utilizan constantemente en el Congreso de los Diputados, aunque se esté hablando en aquel momento de hacer una carretera comarcal, están haciendo una utilización perversa de la violencia. Es un insulto a las víctimas, que saben perfectamente lo que es el terrorismo y saben que esta violencia ha acabado. Pero el Partido Popular y Vox hablan de ETA como si ayer hubieran cometido un atentado».
¿Les cuesta pasar página a este bando político?
«No creo que sea pasar página, lo que hacen es aprovecharse de esta circunstancia, que es diferente. Porque puede haber de manera sincera mucha gente que le cueste pasar página después de haber sufrido la violencia directamente o su entorno y entonces les cueste cambiar el chip y mirar hacia el futuro. Pero el ámbito de la política es diferente, porque se aprovechan de este hecho para atacar al contrario. Y además, cuentan con el apoyo de medios de comunicación, también muy cínicos, que se hacen eco y aprovechan eslóganes como ‘que te vote Txapote’ y crean un caldo de cultivo que no tiene nada que ver con la necesidad con avanzar hacia la convivencia, y eso se tiene que desmontar. Porque, entonces, hay una capa en la sociedad española que percibe a ETA como una cosa todavía existente, y es falso. Y las víctimas de la violencia no quieren ser utilizadas, quieren que se les deje en paz».
Ahora hemos estado en campaña electoral en Cataluña y algunos partidos hacen paralelismos entre ETA y el proceso o la amnistía. ¿Qué piensa?
«Es perverso, no hay ningún paralelismo. Además, en la campaña vasca la utilización de ETA no tuvo ningún efecto negativo de cara a EH Bildu, porque la sociedad ya tiene asumido que es un capítulo cerrado, por mucho que queden consecuencias que se tengan que solucionar. Incluso, quizás hay gente que se rebotó y votó a Bildu por este motivo. Pero es que al nacionalismo español le preocupa más la existencia de un independentismo articulado con una sociedad civil articulada a favor de un estado vasco o catalán que la existencia de una violencia que no existe. Les preocupa más el objetivo político independentista que ETA».
¿En una cosa que imagino que se parecen es que son dos conflictos que nos gustaría que estuvieran resueltos no?
«Por descontado. En el caso vasco la inmensa mayoría de la sociedad ha pasado página, sin olvidar pero sin odiar. En el caso catalán la solución política es el debate del derecho de decidir».