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Bailes y coca con cerezas, las protagonistas de Corpus en Reus

Les bailadas de Corpus de los Gegants y la Mulassa de Reus llenan la Mercadal

Todo el mundo quería disfrutar de la coca con cerezas durante los bailes.Gerard Martí Roig

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La festividad de Corpus convirtió la plaza Mercadal en su centro neurálgico para el disfrute de niños y familias en su primer día. Desde la mañana, ya los niños y elementos festivos de la ciudad pisaron sus adoquines con diferentes actos que clausuraron con el baile final por la noche.

Una tarde ideal para la fiesta, con la calidez que advierte de la llegada inminente del verano, pero con un viento suave y agradable que la hacía idónea. Desde mucho antes de que empezara la fiesta, los elementos festivos formaban delante de las puertas del Ayuntamiento mientras la gente se reunía en torno a las cuerdas que delimitaban la pista de baile, expectantes.

Una tarde en la que hubo tres protagonistas incuestionables. Los primeros, los Gegants y la Mulassa de Reus. Ante un público ansioso por ver los elementos festivos volver a conquistar la plaza, la Mulassa hizo acto de presencia precedida por los gigantes de la ciudad, desfilando ante las miradas ilusionadas de los niños y niñas.

Acompañados por un toque de grallas , cada uno se colocó donde le correspondía en la plaza mientras los menores chillaban de emoción y señalaban sus elementos festivos preferidos. Cuando todos estaban listos y en posición, los bailes empezaron, una detrás del otro, mientras el público daba palmas siguiendo el ritmo de las grallas y el timbal.

Y en las manos con las que aplaudían había el segundo protagonista, la coca con cerezas. Con la colaboración del Col·lectiu del Masclet y del Forn Sistaré, una cola inacabable de reusenses delante del Ayuntamiento de Reus pasaban a recoger las dos porciones de coca con cerezas, tradicionales de esta fiesta.

Cajas y cajas apiladas que se iban vaciando mientras los dedos de la gente se manchaban con el color rojo de las cerezas. Una comida que ideal con la que observar los bailes.

Y, como no podía ser de otra manera, el tercer protagonista eran los niños y niñas de Reus. Los portadores de gegants pidieron que el público respetara el área delimitada por las cuerdas, pero ninguno de ellos tenía la autoridad como para decirle nada a unos niños que llevaban un largo rato esperando para poder ver a los gegants y la mulassa dar vueltas como peonzas al sonido de las grallas y el timbal.

Se amontonaban, sentados en el suelo, como privilegiados y principales espectadores de aquella actuación que arrancó aplausos después de cada baile. Incluso, algunos de estos niños se pudieron colar dentro de la casa consistorial y ocupar el sitio de honor de las autoridades, el balcón del Ayuntamiento. Durante un rato, estos se convirtieron en los alcaldes y alcaldesas de la ciudad. Una ciudad que saluda al verano, una estación llena de fiesta y movimiento como , una vez más, lo es la fiesta de Corpus de Reus.

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