Educación
Los niños de Reus, al volante de la movilidad del futuro
El Consejo de Niños presenta sus propuestas para poder disfrutar de una movilidad más segura, saludable y sostenible en la ciudad
Por un día, los concejales del Ayuntamiento de Reus se sentaron en la bancada del Salón de Plenos. No era el turno de hablar, proponer ni criticar, sino de escuchar y atender. Sus sillas habían sido ocupadas por los consejeros escolares —representantes de quinto de Primaria de veinticuatro centros educativos—, que expusieron sus ideas para disfrutar de una movilidad más saludable, segura y sostenible en la ciudad. ¿Las dos propuestas más repetidas? Autobús y Ganxeta para todo el mundo.
Que sea gratuito para los niños de 0 a 16 años y para los mayores de 65 —o, directamente, para la globalidad de la población—, que los familiares que acompañen a los hijos a la escuela tengan un descuento, que se apliquen bonificaciones en los billetes de los usuarios habituales, que se refuerce su frecuencia de paso o que se cambien por vehículos eléctricos. El autobús generó debate en las aulas.
Todavía más propició la bicicleta de color mostaza que circula desde enero por las calles de Reus. Los menores consideran que la Ganxeta tiene que estar al alcance de todo el mundo: piden de «todas las medidas» para que puedan pedalear pequeños y mayores, que haya adaptadas a ciudadanos con diversidad funcional y que se active un sistema alternativo para desanclar sin requerir un teléfono móvil. También reclaman la expansión de estaciones y de aparcamientos para bicicletas —y patinetes— y el despliegue de nuevos carriles bici que conecten, sobre todo, los centros educativos con el núcleo urbano.
Su salud y seguridad y la de su entorno también les preocupa. Explicitan la necesidad de iluminar los pasos de peatones y de poner bandas sonoras, así como de pintar unos mensajes en el suelo, justo antes de bajar a la calzada, porque «vemos a muchos peatones despistados y nos ayudaría a hacer que dejen de mirar el móvil», tal como expresaron los representantes de la Escuela Els Ganxets.
También proponen programar todos los semáforos para que emitan sonido, piden más presencia policial en las entradas y salidas de las escuelas y limitar el uso de vehículos en horas punta por el interior de Reus. Otros, directamente, sugirieron que se convoque un día sin humo cada mes en que esté prohibido utilizar el vehículo privado para desplazarse por la urbe.
No faltaron ideas más ambiciosas. Desde la implantación de puntos cinéticos en las bibliotecas para generar energía lumínica mientras se lee y se hace deporte hasta el hecho de que ir a la escuela más de veinticinco días en transporte sostenible sea intercambiable por entradas al fútbol, al hockey, al Trapezi, las piscinas municipales o el certamen de danza Roseta Mauri; pasando por la organización de un escape room que se complete en un vehículo sin motor sobre temáticas diversas.
La alcaldesa de Reus, Sandra Guaita, aseguró que tomaban «nota de las propuestas». Algunas, se podrían ver reflejadas con la aplicación de la Zona de Bajas Emisiones. «Habéis trabajado para hacer una ciudad mejor, no sólo en las calles, sino también con relación a la ciudadanía y el resto de personas», cerró la alcaldesa.