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El 85% de los usuarios de la residencia de Reus se marchan del centro por miedo de no poder escoger plaza

Actualmente, sólo ocho familias mantienen la lucha y aseguran que iniciarán nuevas movilizaciones

Alguns usuaris i familiars de la residència de Gent Gran de Reus a les portes del centre.

Algunos usuarios y familiares de la residencia de Personas Mayores de Reus a las puertas del centro.ACN

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De los 56 usuarios de la residencia de Personas Mayores de Reus que a finales de abril se negaban a marcharse del centro, actualmente, sólo quedan ocho. Según el portavoz de las familias afectadas, Tarsicio Ros, el miedo ha sido el responsable. «Nos decían que nos teníamos que marchar, que el centro cerraría y nos quedaríamos en la calle», ha detallado Rubio, quién mantiene que la Generalitat ha actuado desde un inicio «presionando, coaccionando y amenazando».

Aunque él seguirá luchando para que no se cierre el equipamiento, otros como Narcís Dalmau, ya han iniciado los trámites para trasladarse. «Si no es por las buenas, será por las malas, pero nos tendremos que marchar», ha asegurado resignado, a la vez que ha denunciado que los han obligado» y que «por voluntad no se ha marchado nadie».

Desde que a finales de octubre la Generalitat anunció el cierre de la residencia por deficiencias estructurales en el inmueble, los usuarios y familiares de este centro han vivido un «calvario». Así lo afirma a ACN una de las residentes, Carmen Fernández, quien ha asegurado que desde entonces vive «preocupada». Sin embargo, intenta mantenerse fuerte, porque tiene claro que ella no quiere marcharse y que se quedará en el centro «hasta el último día».

Como ella, también se muestra Tarsicio Ros, quien ha hecho de portavoz de los usuarios y familiares afectados durante todos estos meses. A estas dos familias se suman seis más -en total ocho-, las únicas que, actualmente, mantienen la lucha en contra del cierre del inmueble. «Todavía no entendemos por qué no se pueden hacer las obras con los usuarios dentro», ha afirmado Rubio.

Por el contrario, Josefa Culebradas y Narcís Dalmau son dos de las familias que han decidido marcharse. Ambos reconocen que se han sentido «presionados» y que «por voluntad no se ha marchado nadie». «Ante la fuerza no tenemos nada que hacer», ha lamentado Dalmau, quiénes ha aprovechado para denunciar el trato que han recibido los usuarios durante estos siete meses. Culebradas y Dalmau coinciden en afirmar que lo han hecho para asegurarse una plaza en una residencia escogida por ellos y no adjudicada por la Generalitat. «De esta manera, tengo a mi mujer cerca de casa», ha asegurado Dalmau.

Por su parte, Culebradas ha añadido que la bajada de la calidad del servicio en la residencia de Personas Mayores de Reus durante las últimas semanas también ha influido en su decisión. «Cada vez hay menos personal en el centro», ha lamentado Culebradas, quién ha asegurado que no quería hacer pasar a su marido por esta situación.

Tanto los que han decidido marcharse, como los que no se muestran «decepcionados» y «enfadados» con las administraciones, las cuales todavía no les han notificado el cierre del centro por escrito. Según ha afirmado Rubio, los han ido avisando de todos los procesos por Whatsapp. «Así no se hacen las cosas», ha denunciado. Por eso, y a pesar de la falta de unanimidad actual, las ocho familias que todavía no han firmado el traslado a otros centros han asegurado que pondrán en marcha nuevas movilizaciones.

Los trabajadores externos

Aunque los trabajadores públicos mantendrán el trabajo en otro centro, la plantilla de las empresas externas teme quedarse en la calle. Así lo ha asegurado Rocío Artigas, supervisora del servicio de cocina. Según ha afirmado, se les prometió que se les trasladaría a otros equipamientos, pero «eso no ha pasado». Artigas ha detallado que la mayoría de esta treintena de trabajadores supera los 55 años y que eso los dificulta que puedan volver a encontrar trabajo. «Nos están desahuciando», ha denunciado Artigas, quien ha reconocido que los ha destrozado.

UGT detiene las movilizaciones

Por su parte, UGT anunció este jueves que paran la serie de movilizaciones que tenían que empezar este viernes, después de que la Generalitat les haya garantizado la reapertura del centro. Esta era una de las grandes demandas del sindicato, que alertan que seguirán presionando para que se cumpla. «No dejaremos perder esta residencia pública», ha afirmado el secretario de la UGT-Serveis Públicos Tarragona, Joan Reinado.

Sin embargo, y a diferencia de los familiares que siguen reivindicando que la reforma del edificio se haga con los usuarios y trabajadores dentro, Reinado ha asegurado que desde de UGT «prefieren que el centro cierre para hacer las obras», ya que no disponen de los conocimientos técnicos suficientes para garantizar la seguridad de los residentes y de la plantilla. En cualquier caso, han insistido en que «no dejarán de luchar para que el centro reabra en un plazo máximo de cuatro años como residencia pública».

Por otra parte, desde el sindicato han detallado que también han conseguido que «todos los trabajadores públicos de la residencia hayan sido realojados y que todos tengan el compromiso de que volverán cuando el centro reabra». De momento, sin embargo, la plantilla no cuenta con el servicio de bus que, según UGT, se les prometió para facilitarles el desplazamiento desde Reus hasta Tarragona, «donde han ido a parar la mayoría de usuarios y trabajadores».

Reinado también ha celebrado los 14 millones de euros que el Govern ha aprobado destinar a la reforma integral del inmueble. «Después de mucho trabajo, la Generalitat ha puesto negro sobre blanco para las obras de reforma y reapertura de la residencia», ha afirmado. Finalmente, han aplaudido que el Ayuntamiento de Reus haya acelerado un convenio con la Generalitat para incrementar con 20 plazas la residencia de La Mercè de Tarragona y con 30 plazas la de Horts de Miró de Reus. Según el sindicato, una vez estén estas plazas disponibles se priorizará el conjunto de usuarios que se han marchado de la actual residencia de Personas Mayores de Reus.

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