La JCI Reus acaba la primera fase del proyecto ‘Talento en Gambia’ con la construcción de un nuevo pozo

La Jove Cambra Internacional (JCI) Reus creía que se tenía que apostar por el talento gambiano. Garantizar el acceso a la educación fue detectado como un elemento clave y, dicho y hecho, nació el proyecto Talento en Gambia, que pretendía arreglar una escuela del pueblo de Kafuta, a una hora de la metrópoli y que reúne a unos 700 alumnos, para que los jóvenes tengan «un futuro».

Con meses de trabajo en los hombros, la entidad da por acabada la primera fase de la iniciativa —de tres. Se han renovado e instalado porterías de fútbol y canastas de baloncesto para la práctica del deporte en el patio, sin embargo «la joya de la corona», en palabras del director del programa y presidente de JCI Reus, Jordi Cervera, ha sido la construcción de un nuevo pozo de agua de 48 metros de profundidad, con dos depósitos con capacidad para almacenar miles de litros, con una estructura de hormigón y que funciona con placas solares fotovoltaicas.

«Ahora los alumnos quieren montar un huerto, a partir de haberles construido el pozo y canalizar el agua», añade. También se han habilitado nuevas fuentes. Cervera explica que, antes, el centro utilizaba el sistema borehole para abastecerse de agua. Esta, sin embargo, «salía con tierra». «No mucha, pero si cada día durante los años que se vaya a la escuela la están consumiendo, acaba afectando», detalla. Además, el pozo sólo llegaba a 16 metros de profundidad y, en consecuencia, «no había bastante agua y el depósito, de mil litros, sólo se llenaba, aproximadamente, hasta la mitad».

«A las 12 del mediodía, ya se había acabado y los chicos que venían al turno de tarde no tenían agua», señala el director del proyecto, que ha contado con el apoyo de JCI Cataluña y la ayuda desinteresada de Víctor García. Con Talento en Gambia, se decidió crear un nuevo pozo más profundo, colocar dos depósitos de mayor capacidad —en total, como mínimo, se multiplica por seis— y disponer de una estructura más firme que el metal.

Además, hay margen para ampliar la instalación en un futuro y para poner sistemas de automatización para tareas como regar. «Hay muchos días que tenían que enviar los chicos a casa porque, con el calor, si no hay agua, no puedes dar clase», apunta Cervera, recordando qué le había comentado el director de la escuela.

Con las obras completadas, el proyecto Talento en Gambia no ha llegado a su final. Quedarán dos fases más. La segunda, de soporte a la educación, consistirá en la recogida y el envío de mobiliario para las aulas —por ejemplo, no todos los alumnos se pueden sentar en una silla en clase— y material escolar y, para llevarla a cabo, se pedirá la ayuda de los centros educativos del territorio.

La tercera parte, centrada en la nutrición, tiene como objetivo equipar la cocina para dotarla de más garantías de seguridad. La voluntad de JCI Reus es empezar a ejecutar los siguientes pasos en el país africano, preferiblemente, a finales de verano. «Nuestra intención es acabar este programa este 2024», afirma Cervera. Al final, una de las metas del proyecto es evitar crear dependencia; se prefiere ofrecer las herramientas a la población local para que acabe gestionando los equipamientos y decidan la continuidad —o no— de los proyectos dibujados.