Educación
La Escuela Eduard Toda de Reus sueña con cómo será su patio reformado: un bosque comestible, ágoras y más vegetación
La comunidad educativa y El Globus Vermell lo han diseñado con el proyecto ‘Patis x Clima’
La Escuela Eduard Toda ha soñado con cómo quiere que sea su patio: más natural. Vegetación, ágoras, pérgolas, toldos, un bosque comestible, un jardín de lluvia, sombra y un espacio para poner a prueba las habilidades motrices —que reemplazaría una de las pistas deportivas— conforman el escenario ideal para la comunidad educativa y la asociación El Globus Vermell, en el marco del programa Patis x Clima, centrado en la renaturalización de espacios y entornos educativos. «Queremos romper la idea de que la hora del patio es para jugar y que en el aula se aprende; concebimos que el aprendizaje no se hace solo dentro de cuatro paredes, sino que todo el perímetro de la escuela es un espacio de aprendizaje», expresa la directora del centro, Mireia Aguado.
La directora apunta que querrían que los cuatro elementos estuvieran presentes en el patio: el agua, con el jardín y nuevos depósitos de recogida de lluvia; el fuego, a través del sol y de la sombra —la vegetación sería, también, un refugio climático; la tierra, «queremos un patio que no sea pista, sino con arena, montañitas, tierra, y el bosque comestible, que te permite conectar con la naturaleza»; y el aire, con el perenne viento de Reus.
«Hemos pensado diferentes zonas en las que el niño pueda desarrollar desde habilidades motrices hasta sensoriales, pasando por juego libre, lectura, esconderse...», afirma Aguado. Con las pérgolas, los toldos y las ágoras, «podemos crear pequeñas aulas de trabajo en la sombra». El bosque comestible consistiría en un huerto con terrazas, con plantas, arbustos y árboles, pero que no requieran un cuidado intensivo en verano.
El espacio ayudaría a visualizar conceptos como el ciclo desde la semilla hasta el fruto o la economía circular, dado que los productos que se generen se podrían aprovechar en las aulas o vender entre la comunidad educativa, así como conocer la tarea de los insectos. Una de las pistas deportivas se reconvertiría en un ágora central, un aula exterior con una pérgola, desniveles, equipos de calistenia y de escalada y un mikado. El jardín de lluvia tendría un lago hundido, que aprovecharía el agua que se acostumbra a perder al beber de la fuente y la de la lluvia.
Aguado subraya que ha habido «mucha implicación» a la hora de dibujar el patio ideal. Aparte del equipo de El Globus Vermell, han participado arquitectos y técnicos del Ayuntamiento de Reus, personal del comedor, familias, exalumnos, maestros y niños, que compartieron qué les gustaría tener en el patio de su escuela. «En el espacio para leer, queremos tener tipis, más sombra,» comenta Arantxa Quero, jefe de estudios, citando a los estudiantes. Con una salida al patio, detectaron las carencias que había, «qué necesitaban para que el espacio fuera más agradable».
De la mano de El Globus Vermell, ya está a punto el proyecto básico del patio «soñado» para la escuela, que se desarrollaría por fases. «Decimos soñar porque no sabemos si se podrá materializar todo o qué fases», explica Aguado, ya que el presupuesto es «muy elevado». Dependerá de la implicación, la aprobación y la capacidad presupuestaria del Ayuntamiento de Reus si la iniciativa acaba convirtiéndose en una realidad, cuándo y cómo.