Médicos de urgencias del Pere Mata de Reus protestan por los cambios organizativos

El colectivo de médicos de guardia de urgencias del Instituto Pere Mata (IPM) muestran su malestar y disconformidad con los cambios organizativos que se han tomado por parte de la dirección. Este cambio se aplicó a partir del día de ayer el lunes 15 de julio, con el que se sustituyó un médico adjunto del equipo de guardia con un médico residente. Los médicos residentes, al estar en formación, no pueden tomar buena parte de las decisiones de manera autónoma y, por lo tanto, no libera de carga asistencial al servicio.

«Las urgencias psiquiátricas han ido aumentando en número de casos en los últimos años, sobre todo a partir de la pandemia. Y tenemos que tener en cuenta que no estamos hablando sólo de urgencias psiquiátricas, sino también de pacientes que se dirigen a la unidad de urgencias con otros problemas de salud que no tienen nada que ver con la psiquiatría», explican desde el colectivo.

A raíz de este incremento de la carga asistencial, la dirección decidió que desde el pasado mes de abril incorporaba a un médico adjunto para reforzar desde las 15 horas hasta las 21 horas, horario en el que se concentra el mayor volumen de trabajo. No obstante, con esta decisión el personal ve cómo este refuerzo queda eliminado, sin que la carga de trabajo haya disminuido.

«De esta manera, pasamos de dos médicos especialistas y uno residente de guardia a un especialista y dos residentes, de manera que, aparte de tener que afrontar solo el servicio, también tiene que supervisar a dos médicos en formación», consideran. «Desde la empresa lo justifican diciendo que es por un tema organizativo, pero creemos que no se ha tomado con criterios clínicos y que, en realidad, hay detrás motivos económicos. Y, por lo que tenemos entendido, las cosas ahora mismo no van mal en este sentido», defienden. 

Como consecuencia, los médicos subrayan que acaba impactando en la calidad del servicio «aumentando la espera de los pacientes y una sobrecarga de trabajo para el personal». «Además, a veces tenemos que estar atentos de múltiples centros, entonces quizás tenemos que atender a un paciente y hacer llamadas a la vez y eso provoca que tengamos que hacer muchas cosas a la vez y no nos permite tomar decisiones eficientemente. Y tenemos que tener en cuenta que este es el único servicio de urgencias de psiquiatría de la Región Sanitaria del Camp de Tarragona con atención continuada», critican.

Negociación nula

Por otro lado, este grupo de médicos también critica las formas, ya que este cambio se decidió de manera unilateral y se comunicó a través de un correo. «Era una manera muy impersonal y que no resolvía muchas dudas. Entonces, tuvimos una reunión con el director médico y el responsable de recursos humanos, pero no llegamos a un entendimiento», lamentan. Por este motivo, actualmente están valorando cuál será la estrategia a seguir para intentar luchar «por la calidad tanto del servicio de urgencias como de las condiciones laborales de los trabajadores».