Inclusión
Villablanca remodela el edificio Pirineus para mejorar la convivencia
En el centro se trabaja individualizadamente con el usuario
Ramon, usuario del centro de Villablanca, en su habitación.
Villablanca continúa con la remodelación de sus centros residenciales dedicados a personas con discapacidad intelectual. La última ha sido el Pirineus, con el objetivo de generar un espacio que atienda las necesidades individuales de los usuarios. «Nuestra filosofía siempre ha sido tener en cuenta al individuo a la hora de definir el tratamiento. Pero ahora tenemos un espacio que nos es más propicio para seguir esta filosofía», explica Raquel Ramo, coordinadora de la residencia Pirineus.
Algunos de los cambios más notorios han sido los dormitorios, que han pasado a ser habitaciones de una o dos camas para facilitar la privacidad, tranquilidad y confort de los residentes. Además, uno de los puntos claves ha sido el tratamiento de la sexoafectividad, un tema casi tabú con personas con discapacidad intelectual.
«Ya hace tiempo que tenemos una pareja en la residencia y ya hace meses que duermen juntos. Eso es importante, porque es conseguir que los usuarios tengan las oportunidades que tenemos cualquier persona. Y hay mucho trabajo detrás», apunta Isaías González, psicólogo del centro. No obstante, las obras de remodelación han sufrido varias dificultades. Primero, llevarlas a cabo manteniendo el servicio a unas personas con necesidades específicas, pero también la llegada de la pandemia. Un hecho que ha sido un reto tanto para trabajadores como usuarios.