La reforma del Teatre Bravium de Reus mantendrá los elementos patrimoniales

El proyecto de reforma del edificio del Centro Católico de Reus ganador del concurso público convocado por el ayuntamiento prevé mantener los elementos patrimoniales más destacados del inmueble y al mismo tiempo dotarlo de la versatilidad necesaria para que pueda acoger el Bràvium Teatre y otras entidades relacionadas con las artes escénicas.

La propuesta escogida la ha elaborado una Unión Temporal de Empresas formada por los estudios arquitectónicos Soffito, ANUDA y Sandra Álvarez. Uno de los elementos destacados es la apertura de un atrio que permitirá que todas las plantas tengan luz natural y facilitará la organización de los espacios. En los próximos meses se redactará el proyecto básico y ejecutivo, presupuestado en 200.000 euros.

Una vez se termine este proyecto ejecutivo se conocerá el detalle de las intervenciones que se tienen que hacer y que incluirán la reparación de algunas patologías que tiene el edificio. Será entonces cuando se sabrá también el presupuesto final de la reforma y el tiempo de ejecución. El inmueble es propiedad del Arzobispado de Tarragona, que llegó a un pacto el octubre pasado con el Ayuntamiento de Reus para que el consistorio tenga cedido el uso por 50 años. El coste de las obras lo asumirá el ayuntamiento.

El Centro Católico ha sido los últimos 70 años la sede del Bràvium Teatro pero cuando estén terminados los trabajos el espacio también acogerá otras entidades de la ciudad así como compañías de artes escénicas, tanto profesionales como amateurs, según ha apuntado el regidor de Cultura, Daniel Recasens. La voluntad pues, es que sea el nuevo Centro de Artes Escénicas. Así mismo, el Arzobispado de Tarragona tendrá oficinas a la segunda planta.

Sandra Álvarez y Rubén Heras, en representación de la UTE que ha elaborado la propuesta arquitectónica, han explicado los rasgos principales de la intervención. Así, en la plaza Evarist Fàbregas se colocará una cubierta ligera que indicará el acceso en el nuevo centro cultural. Adentro, «un vestíbulo amplio con pendiente constante» permitirá utilizar el espacio como lugar de relación, donde se podrán hacer exposiciones temporales y actas de pequeño formato, ha destacado Álvarez. Desde allá también se verá el «agujero vertical» que englobará todo el edificio y también habrá un bar.

En la primera planta habrá dependencias para el desarrollo artístico, con salas polivalentes, de ensayo y camerinos, además de una biblioteca. La segunda planta está reservada para el uso administrativo, con despachos, oficinas, una sala técnica y espacios del arzobispado. En esta planta también se habilitará una de las dos terrazas del centro. La otra será en el piso superior, un lugar que estará protegido del sol con un toldo y que según los arquitectos tiene muchas posibilidades, más allá de buenas vistas de la ciudad. Además también se hará una intervención en el sótano.

Respecto la sala del teatro, que mantiene el acceso desde la planta baja, Heras ha definido la propuesta como «prudente y respetuosa». «Se quiere conservar al máximo la herradura, restaurar los elementos característicos y la intervención que se notará más es al techo, donde queremos retirar el falso techo actual porque se vean las vueltas de ladrillo», ha especificado. A la vez se instalará un sistema de climatización y elementos técnicos, además de renovar las butacas y ampliar un poco la boca del escenario.

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