La asociación Punt de Trobada y el Club Vent d'Estrop Cambrils reanudan las salidas de remo adaptado

El mar. Inhóspito, inmenso, cautivador; muchos son los sentimientos que suscita en los ojos de quien lo vigía: serenidad, calma, reposo. «Ilusión» es el vocablo que más repiten los bogadores Albert Agustench y David Bultó, socios del Club Vent d'Estrop Cambrils.

Dos sábados al mes, los miembros de la asociación Punt de Trobada, el espacio de relación de usuarios del Taller Baix Camp y de sus familias, se convierten en sus compañeros de navegación —y del resto de timoneles. Suben al laúd y se introducen olas hacia allá.

La práctica de un deporte, la adaptación a un medio nuevo, el ejercicio del equilibrio, la respiración de aire limpio, el trabajo en equipo y la voluntad de superación son seis de los beneficios que Bultó remarca que aporta el remo adaptado a los miembros de Punt de Trobada.

«El solo hecho de subir a una embarcación, con el movimiento que tiene y la coordinación que tienes que garantizar con tus compañeros, es un reto para todo el mundo», señala. Con todo, destaca por encima del resto «la ilusión que ponen», que es palpable «incluso en las fotos». «Sólo en subir a la barca están supercontentos, me hacen sentir muy realizado y, al bajar, ya tengo ganas que llegue el siguiente sábado en que los veré», expresa Agustench.

Agustench comenta que no se ha tenido que adaptar ningún laúd para la práctica del remo adaptado, sino que tan sólo se ayuda a los remeros de Punt de Trobada a entrar en la embarcación, sentarse y arrancar. Además, apunta que «no están solos», sino que van acompañados de una monitora y de bogadores y timoneles de Vent d'Estrop que los guían.

La unión entre Punt de Trobada y Vent d’Estrop viene de años atrás. La covid, sin embargo, paró los encuentros que se hacían para ir a remar juntos. Este 2024, a partir de marzo, la actividad se ha reiniciado.

«De hecho, ellos se pusieron en contacto con nosotros para volver a arrancarlo, porque tenías muchas ganas», descubre Agustench. Más de una decena de valientes remeros se presentan los sábados para coger el remo y abrazar las olas. El verano ofrece un respiro a los bogadores. «Pero seguiremos», añade Agustench.

La aventura no acabará aquí. Agustench comenta que se podría plantear contactar con otros clubs de remo y ver si hay alguna otra entidad que haga alguna cosa parecida a nosotros, para hacer algún tipo de competición, de pachanga o de salida colectiva». «Pero eso ya se miraría más adelante», valla.

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