rapera
Entrevista
MC Millaray: «Yo me culpé mucho por no saber hablar mi propia lengua, porque no podía entender a mi abuela»
La rapera mapuche visita Reus para explicar su experiencia como activista a favor de los derechos del pueblo mapuche en el marco del proyecto Ciudades Defensoras de los Derechos Humanos
¿De dónde viene el nombre de MC Millaray?
«MC significa Maestro de Ceremonias en el mundo del hip-hop y Millaray significa Flor de oro. Además, me gusta mucho la naturaleza y me he dedicado a defender a la Madre Terra y amo las flores. Por ejemplo, las joyas de mi vestimenta tradicional mapuche tienen flores porque en el territorio de mi pueblo hay mucho bosque y florecen flores que sólo habitan allí».
¿Qué es el pueblo mapuche?
«Es un pueblo situado entre Chile y Argentina y que nunca ha sido vencido, aunque lo han intentado. Nosotros no entendemos de imperios ni nada parecido, y si uno cae, diez se levantan. Hoy en día es un pueblo que resiste y lucha por sobrevivir ante dos estados que no sólo nos atacan físicamente, sino también a nuestra cultura y lengua que quieren eliminar. Y también ante las empresas multinacionales que provocan una devastación en nuestro territorio y la naturaleza. No queremos ser el folclore de Chile, sino una nación».
¿Cuáles son los métodos con los que Argentina y Chile intentan eliminar a los mapuches?
«Desde hace muchos años con campañas militares. En el caso de Argentina nos tenemos que remontar a la Conquista del Desierto (en el siglo XIX) que, donde decían que sólo había un desierto no era verdad, había el pueblo mapuche. O la pacificación del Araucania por parte de Chile (también en el siglo XIX), que aunque decían que querían paz no era cierto».
También hablas de daños contra la naturaleza en tus canciones.
El conflicto no es tan sólo con la población, también es con la Madre Terra y los daños que han provocado a la naturaleza. Nuestro pueblo cree que nosotros pertenecemos a la Tierra y no que la Tierra nos pertenezca a nosotros, así que tenemos el deber de cuidarla y no explotarla. El estado Chile vende nuestros terrenos a las empresas. Sobre todo, las empresas forestales están haciendo un gran destrozo en los bosques y los ríos, espacios donde descansan nuestros ancestres. Y, por otro lado, la normalización de la violencia en la infancia. Hoy en día en las comunidades se juega al policía y al mapuche, porque es una violencia y un racismo totalmente normalizados. Y de todo eso es de donde nacen mis letras, mi música».
¿Qué efectos tiene esta normalización de la violencia para los niños?
«Tiene un efecto inacabable. Hay niños que tienen más de diez perdigones en su cuerpo con tan sólo nuevo años. Es una violencia brutal. Es arrancarles la infancia y la inocencia y una violación constante de los derechos humanos. Los niños mapuches tienen derechos, y los derechos están, pero nunca se han respetado. En Chile no existe una institución u organización que defienda la infancia mapuche. Es muy grave como se está normalizando una violencia totalmente sistemática que se normaliza y se invisibiliza».
¿Cómo acabaste siendo activista?
«Ser activista no es algo que tú escojas y es difícil llamarse así a uno mismo. Nunca lo vi desde este punto, fue la gente quien me trató y dijo así, yo sólo he hecho lo que me dictaba el corazón y fui la portavoz de la Red para la Defensa de la Infancia Mapuche durante tres años y medio donde acabé recibiendo amenazas de muerte de una institución de ultraderecha armada. Entonces, cuando la presión y las amenazas ya eran muchas sentí mucho miedo. Por este motivo me refugié en la música que es lo que hago mejor y liberé todo lo que siento a través de la de ella, porque era la única opción que me quedaba para mostrar todo el dolor en que tenía, por todas las malas noticias que sucedían. Y también para no conocer mi propia lengua, la de mi pueblo y territorio, porque mis abuelos emigraron por necesidad y siempre sufrí la sensación de no estar donde tenía que estar. Ahora es diferente, y por eso hago lo que hago. Yo podría haber seguido una trayectoria profesional diferente con la música, pero no es lo que quería. Y, aunque no me hayan dejado subir a algunos escenarios por las denuncias que hago, no me arrepiento. Yo siempre iré allí donde me quieran escuchar».
¿Como de lesivo es no haber estudiado el idioma del lugar en el cual tú sientes que perteneces?
«Yo me culpé mucho por no saber hablar mi propia lengua, porque no podía entender a mi abuela o bisabuela. Pero es que en ojos del Estado no existe, no se reconoce como un idioma, no existe todavía este respeto y no se les enseña a los estudiantes el idioma. Por este motivo, el pueblo mapuche también nos levantamos para exigir que las nuevas generaciones puedan aprender el mapudungun, porque las ceremonias son muy importantes para nosotros, y si dejamos morir la lengua, muere todo el resto».