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El Reus de los 70 y 80, una ciudad en transformación

El historiador Joan Navais llevó a cabo una charla exponiendo fotografías de la época

Vista de la plaza del Prim desde el Raval de Jesús.Archivo Municipal Reus y Baix Camp, fondo Francesc Boqueras Llort

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Las décadas de los 70 y 80 fueron trascendentales y llenas de cambios en España y Cataluña. El final de una dictadura y la transición hacia la democracia de nuestros días plantearon muchos cambios en todos los ámbitos y que también vivieron las ciudades. En aquel momento, Reus era muy diferente; a inicios de los años 80 alcanzó la cifra de 80.000 habitantes, a diferencia de los más de 100.000 actuales. Los coches circulaban por las principales plazas de la ciudad como el Prim o Mercadal sin ningún tipo de restricción ni normativas de zonas de bajas emisiones.

Una ciudad muy diferente de la que conocemos, pero que llevó a cabo muchos de los cambios que la definen tal como es ahora. Y gracias a personas como Francesc Boqueras Llort, es un Reus que todavía podemos conocer. «Boqueras era un gran amante de la fotografía y que iba a todos los actos relevantes con la cámara encima. En cierta manera acabó convirtiéndose en una especie de fotoperiodista de la época», explica Joan Navais, historiador que llevó a cabo ayer una charla en el Archivo Municipal hablando del legado fotográfico de Francesc Boqueras que cuenta con miles de fotografías.

«Era una época de cambio en todos los sentidos. Es el final de la dictadura y el inicio de la democracia, entonces, tenemos una fotografía de unas urnas de la época o de la visita del presidente Tarradellas en el año 1979 por el exproReus», comenta Navais. Una visita que, por lo que explica el historiador, acabó con un enfrentamiento dialéctico en el Club de Lectura entre Tarradellas y Anton Borrell, que posteriormente, en el año 1983, asumiría el cargo de alcalde de la ciudad.

Por otro lado, Navais también aprovecha para apuntar cambios en el urbanismo: «Es en aquel momento en el que hay barrios que empiezan a instalar el alumbrado público o el alcantarillado o asfaltan las calles». No obstante, lo que si lamenta el historiador es que se trata de un testigo de la destrucción del patrimonio a causa de la inoperancia de la administración franquista.

«Por ejemplo, el Palau Miró que estaba en la plaza del Prim, que era un edificio impresionante como se ve en fotografías. En los años 70 la propietaria lo vendió, el Ayuntamiento franquista estaba por otras cosas y fue derrocado», explica. Gracias a la tarea de Boqueras, el Archivo Municipal dispone de imágenes de cómo era el Palau Miró, su derribo y la construcción del actual edificio.

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