Director de la Unidad de Nutrición Humana de la URV e Investigador del ICREA
Entrevista
Jordi Salas: «Para la salud, lo mejor es comernos los frutos secos sin procesar, sin tostar y sin sal»
El catedrático y director de la Unidad de Nutrición Humana de la URV e investigador del ICREA destaca los beneficios de las avellanas con respecto a la salud cardiovascular y defiende la importancia de consumir productos de proximidad
¿Cuáles son los beneficios de las avellanas?
«Les avellanas son frutos secos con importantes beneficios en la salud y forman parte de la dieta mediterránea, conocida también por el mismo. Les recomendaciones internacionales es que comas un puñado al día de fruta seca. Eso sirve para prevenir enfermedades cardiovasculares, como son el infarto de miocardio o una embolia cerebral, que es la primera causa de mortalidad en la actualidad».
¿Hay algunos frutos secos mejor que otros?
«En general, todos los frutos secos tienen una composición parecida con pequeñas diferencias entre ellos. Por ejemplo, las nueces llevan|traen grasas poliinsaturadas que no lo llevan otros frutos secos, pero básicamente la fruta seca es grasa de origen de aceite saturado y una cantidad importante de proteínas. Les proteínas llevan vitaminas y otras sustancias que, en pequeñas cantidades, son beneficiosas por|para la salud.
Entonces, no me decanto por ningún fruto en concreto, lo que es importante es tener una dieta variada y consumir cualquier fruto seco, ya que algunos llevarán más antioxidantes y otros más o menos grasa, pero las recomendaciones nunca hablan de un fruto seco en particular».
Has hablado de la dieta mediterránea, en la que los frutos secos como la avellana forman parte. ¿Qué beneficios tiene?
«Disponemos de otra evidencia científica que la dieta mediterránea es buena para prevenir enfermedades crónicas, cardiovasculares, cánceres y otros. Desde nuestra unidad de investigación en la universidad hemos trabajado muchísimo. Por ejemplo, con un estudio realizado con más de 7.000 personas demostramos un 30% de disminución de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares en comparación con una dieta pobre en grasa».
¿Y por qué es tan buena esta dieta?
«No es fácil de responder, pero cuando tú recomiendas a una persona que tome grasa vegetal, a la vez le dices que indirectamente coma menos hidratos de carbono, porque el problema está en el hecho de que los hidratos de carbono que comemos actualmente son de muy mala calidad.
Además, las grasas como aceite de oliva son muy saturadas y eso hace se oxiden menos y que tengan unos beneficios. Y para acabar, tanto el aceite de oliva como los frutos secos no tan sólo contienen grasa, sino muchas otras sustancias minoritarias que, en mínimas cantidades, tienen efectos positivos en temas como la presión arterial y que, por lo tanto, también protegen de enfermedades cardiovasculares».
Los frutos secos son comunes en nuestra dieta, pero en muchos formatos diferentes. ¿Entonces siguen siendo igual de beneficiosos?
«Para nada, cuanto menos procesado esté el fruto seco mucho mejor, y eso no es ni una cosa del fruto seco en sí mismo, sino que pasa con cualquier alimento. Es verdad que la industria gastroalimentaria ha avanzado mucho y ahora nos comemos frutos secos en todas partes, ya sea incorporado en un helado, salsas, bollería u otras cosas.
Sin embargo, si hablamos de salud, lo mejor es comernos los frutos secos sin procesar, sin tostar y sin sal. Tostado quizás no es tan malo, pero sí que es cierto que hace perder algunas vitaminas».
¿Hay alguna manera en concreto de incorporar a la dieta este puñado?
«No, cómo le guste más a cada uno. Cuando hablamos de un puñado no es necesariamente de forma literal. Puedes incorporarlo como acompañamiento de cualquier plato como, por ejemplo, lo puedes poner en una ensalada».
La avellana es un cultivo que en los últimos años ha sufrido mucho por culpa de la sequía. ¿Desde un punto de vista sanitario eso cómo puede afectar?
«Sinceramente, tiene su efecto. La producción aquí en nuestro territorio, que sobre todo hacemos avellanas y almendras, ha sido muy castigada en los últimos años y los campesinos no pueden competir con cultivos intensivos de otros países, por temas de precios y otras cosas que a mí no me corresponde opinar.
Pero los que trabajamos en la nutrición lo que sí que queremos poner de relieve es que como más de proximidad sea el producto mejor, porque transportar este alimento tiene sus consecuencias nutricionales, tanto para pérdidas de nutrientes como para la sostenibilidad del planeta. Por este motivo, también es importante defender la producción de nuestra casa».
¿Por qué el transporte del alimento afecta a su valor nutricional?
«Porque un alimento acaba perdiendo sus propiedades nutricionales. Si lo cogemos y nos lo comemos al cabo de poco las pérdidas han sido mínimas. Pero si lo tenemos que coger, lo almacenamos, lo transportamos lejos y en este recorrido se ha expuesto al sol y a cambios de temperatura eso repercute en la cantidad de vitaminas y sustancias antioxidantes. Eso también depende del producto en cuestión, por ejemplo con la fruta fresca es muy importante, pero con la fruta seca no tanto porque es más fácil de conservar».