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Salud

La ACPS plantea crear un segundo grupo de ayuda mutua para supervivientes del suicidio en Reus

El primer grupo se abrió antes del verano y ha tenido «muy buena aceptación» fruto de la necesidad

Las reuniones acostumbran a tener lugar en el Centro Cívico del Carme.Gerard Marti Roig

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La Asociación Catalana para la Prevención del Suicidio (ACPS) creó, poco antes del verano, el primer grupo de ayuda mutua (GAM), un espacio de encuentro entre supervivientes —las personas que han perdido a alguien cercano por suicidio— en el que pueden compartir sus experiencias, expresar sus sentimientos y acompañarse en el proceso del luto.

La propuesta ha tenido «muy buena aceptación», cosa que es «bastante sorprendente», explica la psicóloga sanitaria y coordinadora de los programas de la ACPS en Reus, Laura Horcajo. «Creo que, de alguna manera, significa que había una necesidad muy grande», expresa. El GAM está abierto a un máximo de doce personas, pero la ACPS ya se plantea abrir un segundo grupo. Y «si podemos hacer cinco, haremos cinco».

«La idea es no dejar a nadie fuera», remarca Horcajo. La psicóloga sanitaria detalla que el GAM es un grupo «autogestionado» donde «personas se juntan para trabajar una misma problemática». «Hay una empatía de base, porque sabes que la otra persona está sufriendo el mismo dolor y te entenderá», valora.

El inicio de la sesión se dedica a dar espacio «a cómo nos sentimos más allá del luto», pero el resto depende «de qué emocionalidad traigan y de qué temas surjan». La figura de un facilitador, formado por la entidad, se encarga de velar que no se entre en dinámicas «complicadas», como podrían ser discusiones, comparaciones o monólogos, y de asegurarse que todo el mundo tenga la oportunidad de expresarse.

Los grupos de ayuda mutua surgieron al darse cuenta de que no existen espacios de este tipo y que el suicidio todavía es «un estigma y un tabú». Horcajo explica que muchos de los participantes han comunicado que, incluso su entorno más cercano, no entiende por qué asisten a los encuentros.

A día de hoy, la salud mental deja de ser un tema de conversación prohibido, «pero todavía hay una dificultad para decir la palabra suicidio». Está presente la idea que «lo que no se habla, no existe». Si no se puede hablar, parece que la persona querida desaparece del mapa, y eso es superdoloroso, es revictimizar al superviviente: sigues recordando y queriendo hablar, pero nadie quiere escucharte», razona la coordinadora de la ACPS.

Continúan vigentes «mitos» como si se habla del asunto a personas en riesgo de suicidio «le pondré estas ideas en la cabeza». «Al contrario, si una persona tiene la idea en la cabeza y no le das el espacio para expresarse, normalmente el malestar crecerá», advierte Horcajo. Todavía nos queda mucho por hacer; celebramos donde estamos, pero no dejamos de luchar», señala.

Horcajo valora que los GAM se convierten «en una primer paso hacia la integración del luto». «No se supera nunca, pero sí que se integra», apunta. Las vivencias de los otros, aquello que les ha ido bien o mal, «ayudan a ir elaborando el luto» y a plantearse como, poco a poco, se puede ir conviviendo para que el recuerdo esté presente, «pero con menos dolor».

En estos momentos, las reuniones se llevan a cabo de forma quincenal y tienen una duración de 90 minutos, si bien la idea es que se adapten a las posibilidades y necesidades de los supervivientes. Tienen lugar en el Centro Cívico del Carme y se buscan «otras alternativas por si está demasiado solicitado». Están abiertas a todos los supervivientes del suicidio. Cualquier persona que quiera contactar con la entidad puede hacerlo a través del correo electrónico info@acps.cat o enviando un WhatsApp al 623 300 455.

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