Entrevista
Martí Gironell: «Me gusta presentar las novelas a capa y espada, los libros se venden de uno en uno»
El sábado 30 de noviembre a las 12 h Gironell presentará ‘La muntanya del tresor’ (Columna Ed.) en la Galatea de Reus
Llegas a Reus estrenando la segunda edición de La muntanya del tresor, con 15.000 ejemplares. Ha ido muy deprisa.
«Me hace mucha ilusión. El día 23 hizo un mes que el libro llegó a las librerías así que, antes de nada, quiero dar las gracias a los lectores. Es el boca a oreja, que ya ha empezado a funcionar, después de ir llevándolo por librerías de toda Cataluña. Yo creo mucho, en eso de ir a defender la novela a capa y espada, los libros se venden de uno en uno».
El boca a oreja ha funcionado, pero también pasa que tus libros gustan mucho. ¿Cuál es la fórmula que utilizas para cautivar al lector?
«En mi caso, el motor es la curiosidad. Me intereso por un momento histórico o un personaje, lo documento y visto una ficción que, a la vez, sea una herramienta para entender lo que pasó cuando nosotros todavía no estábamos. La gracia es encontrar el momento o la persona que sean lo bastante desconocidos o hayan pasado desapercibidos. En el caso de esta novela, fue este episodio tan desconocido de la Guerra Civil en Montserrat. Me explican que Montserrat no la queman, como pasó con otros conventos e iglesias y, a partir de aquí, visto una ficción para explicarlo».
La clave fue una jugada maestra de la Generalitat.
«El doctor Pere Tarrés estaba haciendo unos ejercicios espirituales en Montserrat y el Abad Marcet lo envía a Barcelona porque oye en la radio que Companys necesita médicos. Pero también le encarga ir a ver al Consejero de Cultura y decirle que todo lo que hay en el regazo de la montaña, como Monistrol, Olesa o Collbató, se está quemando, y que temen por Montserrat. Entonces, la Generalitat, vía decreto exprés, requisa la montaña, la hace propiedad del pueblo y envía a un destacamento de quince Mossos. Cuando llegan los anarquistas con ganas de prender fuego, se encuentran con que ellos, precisamente, no pueden quemar una cosa que es del pueblo. A partir de aquí, Montserrat será como una burbuja durante los dos años y medio que dure la guerra».
El santuario será un mundo aparte.
«Sí, sobre todo a partir de la llegada del comisario de la Generalitat Carles Gerhard, hijo de Valls, que tiene como objetivo que Montserrat siga siendo lo que era, un centro cultural y un lugar visitable. Allí, Gerhard tendrá un circo de cuatro pistas y tendrá que ir haciendo equilibrios entre unos y otros, haciendo pequeñas concesiones para salvar el Sant Cristo Gros, nunca mejor dicho. Esta también es una de las voluntades de la novela, no juzgar ni sacar conclusiones sobre lo que se hizo, sino que el lector, una vez haya entrado en el marco mental de la gente de la época, entienda por qué dijeron, hicieron y actuaron de una manera y no otra».
La clave de tu novela es que lo explicas a través de la mirada de un niño, Benet Nomdedéu.
«Se evacuan a más de 700 personas, entre monjes, personas que estaban haciendo ejercicios espirituales, turistas y niños de la Escolanía. Benet, como es huérfano, se tendrá que quedar y, por lo tanto, nos podrá explicar lo que pasa. Lo construí a partir de dos referentes literarios, Bruno, de El niño del pijama de rayas, y Jim Hawkins, de la Isla del tesoro. Y también a partir de un personaje real, el hijo de un Mosso d'Esquadra que sube y se queda a vivir, Ramonet Castelló, que descubrí leyendo las memorias de su hermana, Maria Cinta Castelló. A partir de la curiosidad de Benet vamos encontrando las respuestas de los adultos que se pasean por esta historia. Él quizás no las entiende, pero nosotros, que ya conocemos los hechos, sí, y además podemos poner hechos y caras a todo aquello que le dicen».
Como pasa a menudo a tus novelas, vamos encontrando a muchos personajes históricos.
«Sí, escribir me permite reivindicar personajes y ponerlos en su lugar, incluso personas que fueron poco conocidos, como el mismo Carles Gerhard. Al doctor Trueta, por ejemplo, que es proclive en la causa, lo hacen subir a Montserrat y explico los cuidados que hace para evitar amputar las piernas gangrenadas. También irán la Bella Dorita o Emili Vendrell, que era el Joan Dausà de la época».