Sociedad
El Ayuntamiento de Reus organiza un taller de turrones para dinamizar el barrio de Mas Pellicer
Cristobal Tello, pastelero jubilado, ofreció una clase sobre cómo hacer turrones en Mas Pellicer
La Navidad es una época para reencontrarnos y pasar en familia y amigos. Es la excusa perfecta para volver a ver a aquellos que ves cada semana o de forma más esporádica a lo largo del año. Y una buena manera es aprender a hacer alguna cosa bien dulce y relacionada con esta época festiva, los turrones.
Por este motivo, la concejalía de Relaciones Ciudadanas del Ayuntamiento de Reus ha organizado varias actividades en los centros cívicos y barrios de la ciudad durante estas semanas y, entre ellas, actividades como la que se llevó a cabo el pasado 12 de diciembre en el local del barrio Mas Pellicer. Con el objetivo de dinamizar el barrio, se organizó un taller para aprender a hacer turrones de la mano de Cristobal Tello, pastelero jubilado con más de 40 años de experiencia en el obrador de la Confitería Padreny.
Con harina, huevos, almendra, azúcar molido, leche y otros ingredientes, el maestro empezó una clase magistral donde lo que imperaba era el cotilleo y las ganas de pasar un buen rato en un sitio cálido. No obstante, los turrones no se hacen con un solo día. Después de preparar la masa con un trabajo laborioso, en el que Tello contó con la ayuda de un par de ayudantes, se dejó reponer la masa para, el día siguiente, darle la forma rectangular del turrón con los moldes y quemarlo.
«La valoración de estas actividades en general es muy positiva, porque las entidades y asociaciones vecinales, que son el hilo conductor de la ciudadanía, hacen un uso importante de estos», afirma la concejala del área de Relaciones Ciudadanas del Ayuntamiento de Reus, Maria del Mar Escoda. En este sentido, la concejala cree que el gran reto de estos espacios es conseguir arrastrar a la gente que no forma parte de las asociaciones «a través de las entidades o actividades como las catas de música en la calle o un taller para hacer turrones».
A la vez, Escoda defiende que espacios como el local al lado de la escuela Rosa Sensat, donde se llevó a cabo la actividad, tienen que servir para que las personas mayores tengan un sitio donde poder compartir experiencias. «La salud mental es muy importante para nosotros. Estos espacios nos sirven como un detector de la soledad, no tan sólo para venir a pasar el rato. Detectamos aquellas carencias que provoca la soledad no deseada y, si es necesario, derivamos el caso a la concejalía pertinente», explica Escoda.
Éxito de los centros cívicos
Por otro lado, la concejala de Relaciones Ciudadanas asegura que los centros cívicos son espacios con un gran uso en la ciudad, tal como lo demuestra las aproximadamente 140 entidades que hacen actividades en ellas. «De esta manera, entre 15.000 y 20.000 personas acaban haciendo uso de algún centro cívico al año, es una cifra importante», reivindica. «Estamos satisfechos porque estamos llenos, a veces nos llegan propuestas de gente que quiere organizar alguna cosa y le tenemos que decir que no porque no tenemos un agujero», apunta la concejala.