Antoni Camarasa expone su arte juguetón en Reus

Antoni Camarasa Benseny, más conocido como Toni Camarasa, es hijo del pueblo de Santa Linya, en la Noguera. Hasta los dieciséis años vivió en su pueblo natal y en 1973 se trasladó a Barcelona. A finales de los años 80, empezó su carrera artística profesional con las primeras exposiciones en Barcelona.

Más adelante, sus obras acabarían viajando hasta ciudades como Girona, Madrid, Jávea, París, Amsterdam, Dusseldorf, Niza, Seúl y Tokio, entre otros. Ahora, su obra se puede contemplar también en la Galería Antoni Pinyol de Reus, donde expone una extensa selección de pintura y escultura, géneros que ha trabajado profusamente durante su trayectoria.

«Es la segunda vez que Camarasa expone en la Galería», explica el mismo Antoni Pinyol. El galerista asegura que, aunque «la línea de nuestro espacio es ir introduciendo artistas nuevos», también apuestan por autores que ya han expuesto «para mantener vivo su trabajo y, sobre todo, porque creemos».

En la galería de la calle del Vidre se puede encontrar una buena síntesis de la obra de Camarasa, reconocido por su sensibilidad y capacidad de experimentación en diferentes disciplinas, y que además se siente muy identificado con su pueblo y su paisaje. De aquí, señala Pinyol, «que en su trabajo haya elementos que se repiten, como los pájaros, los zorros o las casas».

Las esculturas del noguerenc, explica, «casi siempre están hechas con materiales encontrados y reciclados, como alambres o pinceles», mientras que la pintura «es muy matérica y poco plana, porque introduce elementos superficiales, como relieves u otros materiales. Y, siempre, trabajando con colores de la naturaleza como los verdes, los grises o los azules, pero ligeramente amortiguados».

Y todo, subraya Pinyol, «con un aire un poco irónico que hace pensar que, a veces, se ríe un poco de las cosas». Por eso, explica, «si sus obras se miran con detalle siempre es posible encontrar una segunda lectura».

Así y todo, asegura el galerista, «la obra de Camarasa es espontánea y natural y, a diferencia de otros trabajos en los que te tienes que parar en frente y mirar lo que te sugieren, entra por los ojos, es muy asequible». Y lo es, también, desde el punto de vista económico: en Reus hay piezas expuestas que no superan los 70 euros.

La exposición se inauguró el pasado mes de diciembre con la presencia del mismo autor, que tiene vínculos con el Camp de Tarragona, ya que a menudo trabaja desde el pueblo de Prades, donde también tiene un pequeño taller. La muestra se puede visitar hasta el 25 de enero y la entrada es libre. Las piezas expuestas también están en venta.

Con esta exposición, la Galería Antoni Pinyol empieza un año con la mirada puesta en la ampliación del espacio. «Estamos muy ilusionados, contamos tenerlo dentro de un año y medio y poder llevar a cabo nuestra idea, que es crear una fundación con toda la obra que hemos ido recogiendo en estos 30 años que ya llevamos en este mundo» avanza Antoni.