Medio ambiente
Diecinueve especies bioindicadoras evaluarán la salud y la calidad del ecosistema de Aigüesverds
Su presencia en el entorno permitirá valorar la efectividad de las acciones de naturalización
El entorno de Aigüesverds y el barranco del Pedret cambiará su fisonomía para dejar paso a la naturaleza, acercarla a la población y favorecer la dispersión de la biodiversidad. Formados por un conjunto de balsas, los pantanales se conciben «como un espacio natural de protección de fauna y flora, con usos pedagógicos y educativos y que sitúa Reus en el mapa de los espacios de interés naturalista del país, especialmente para la observación de aves», señala el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Daniel Rubio.
En el marco del proyecto, se han seleccionado una serie de especies bioindicadores que habitan ambientes acuáticos para evaluar si las acciones de naturalización han sido efectivas y, al mismo tiempo, la salud del ecosistema —por ejemplo, hay animales que no pueden vivir en aguas contaminadas.
Entre aves, mamíferos, reptiles, anfibios e invertebrados, diecinueve especies actuarán como indicativos de la calidad del área y se estudiará su presencia en un mínimo de cinco puntos representativos. Se han seleccionado porque cumplen requisitos como la sensibilidad ambiental —responder a los cambios en la calidad del agua o las condiciones del hábitat—, el potencial de establecerse en el área, la representación de múltiples grupos faunísticos y la facilidad de monitorización.
Una de ellas, el murciélago de pies grandes, es clasificada como «vulnerable» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. De hecho, se buscará atraer la presencia de quirópteros —murciélagos y murciélagos comunes- con la colocación de cajas-refugio y manteniendo rendijas y cavidades en los pies del arbolado.
Para favorecer la nidificación de las aves de ribera, como la polla de agua, el bernat pescaire o el piernas largas, es necesaria la presencia de vegetación, cañizos o árboles cerca de las balsas. La cobertura acuática y verde permitirá atraer anfibios como la reineta meridional, la rana verde y la boba y reptiles como la serpiente de agua y la tortuga de arroyo, que necesita la creación de una zona soleada para la deposición de los huevos. Las libélulas —y, sobre todo, la riqueza de las diversas tipologías— será otro de los indicadores deseados.
Especies potenciales
A partir de consultas con especialistas y agentes del territorio, el trabajo de campo y las observaciones, el proyecto añade un listado de especies potenciales —, sobre todo anfibios, invertebrados y aves— que podrían hacer del entorno de Aigüesverds y el barranco del Pedret su nueva casa. Si en el lugar ya hay presentes la boba, la rana verde y el sapo común, se anhela ver en un futuro otros anuros, como la reineta meridional o el sapo de espuelas. También se buscará captar la atención de mariposas y, para conseguirlo, se propone plantar plantas con floración o nutricias, con el fin de alimentar a las orugas.
Las especies más atractivas y, al mismo tiempo, las más complicadas de detectar son los mamíferos. En torno a Reus ya se han observado animales como la garduña, el conejo de bosque o el zorro. Por los pantanales, podrían llegar a dejarse ver tejones, comadrejas, erizos, musarañas o jinetas —también conocidos como jinetas. Para captar su atención, habría que cumplir requisitos como permitir que haya bastantes refugios.
Con la voluntad de ser un punto de interés de observación de aves, los aficionados a la ornitología tendrán la posibilidad de encontrar especies como la garcilla bueyera, el ratonero, las golondrinas o el arrendajo.