Medio ambiente
El huerto urbano en la calle Astorga de Reus utilizará el sistema ‘Parada en Crestall’
El nuevo huerto urbano tendrá como objetivo renaturalizar el entorno y apostar por el cultivo ecológico
El Ayuntamiento de Reus ha aprobado el proyecto ejecutivo de urbanización y creación de un nuevo huerto urbano ubicado en el número 44 de la calle Astorga. En concreto, está previsto crear 21 nuevas parcelas de huertos urbanos que se sumarán a las 35 existentes repartidas entre los barrios de Sol i Vista, Immaculada y Gaudí.
Este proyecto forma parte de las acciones de renaturalización y resiliencia de la ciudad contempladas en el RENATUReus, un proyecto impulsado por el Ayuntamiento gracias al apoyo de los fondos Next Generation que disponen de un presupuesto total de 4,2 millones de euros.
Según explica el proyecto, redactado por Anna Castellà Fabregat por un importe total de 6.081,23 euros, se prevé crear un espacio de huertos comunitarios, de cultivo ecológico, sin uso de productos químicos ni pesticidas, con el mínimo consumo de agua y trabajo de la siembra sin necesidad de utilizar semillas modificadas genéticamente. Además, también se prevé que este nuevo huerto requiera el mínimo mantenimiento y ofrezca la máxima productividad de la tierra.
Parada en Crestall
Con el fin de dar cumplimiento a los objetivos descritos anteriormente, se prevé implementar el sistema de plantación «Parada en Crestall». Este se define porque las puestos serán de 1,5 metros de anchura y de 6 metros de largo. La anchura se aconseja que no se modifique, pero la longitud se puede adaptar, siempre que sea con un número múltiple de 3. Ahora bien, todas las personas tendrán que tener 4 piezas del suelo para hacer funcionar la rotación. Además, se utilizará el crestall, una especie de «manto» que dará cobertura al compuesto y se tendrá que evitar remover.
A la vez, se utilizará un compuesto, colocando dos centímetros de grosor, abono de granja, con restos vegetales como la paja o generados por animales como la gallina o la cabra y se utilizará un sistema de riego exudando en forma de ‘U’. Finalmente, la rotación del cultivo se organizará por familias que cambiará cada año con el fin de garantizar el control de plagas. La idea es que, al cabo de cuatro años se vuelva a empezar el ciclo.
Plan de gestión
Otro punto que recoge el proyecto para garantizar el buen funcionamiento de los huertos es la gestión integral por parte de todos los actores implicados. En primer lugar, la administración, propietaria de los terrenos, tendrá un papel clave al fomentar y coordinar la participación de todos los actores.
En segundo lugar, la sociedad civil, que a través de sus entidades podrá acercar estos espacios a colectivos que podrían estar interesados. En tercer lugar, los usuarios, que tendrán un papel esencial cultivando la tierra y siendo los responsables del mantenimiento. Y finalmente la ciudadanía, que será la beneficiaria indirecta de estos espacios y, por lo tanto, será conveniente fomentar su participación.
Proponiendo que sea un huerto comunitario
Hasta ahora, «hemos podido decir cómo nos lo imaginábamos». El modelo de huerto comunitario permitiría la implicación de entidades, vecinos y centros educativos al proyecto y consistiría en la toma de decisiones colectivas, el trabajo para un bien común y la generación de una red y una interconexión más allá del valor productivo.