Entrevista
Joan Magrané: «En el Prosceni Reddis Bartrina, los artistas bajan del pedestal y se acercan al público»
El compositor reusense es el conductor del ciclo cultural, que empieza hoy la edición del 2025 y que pretende dar a conocer artistas jóvenes y consagrados del territorio a un público generalista
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Imagen de archivo de Magrané, quien hace un balance «muy positivo» del ciclo hasta hoy día.
¿Con qué objetivos plantea cada edición?
«Busco acercar ciertos aspectos que quizás quedan a la sombra cuando el público va a un teatro, a la ópera o a un concierto. De aquí nace el concepto proscenio, el espacio entre el escenario y la platea. Los artistas bajan un poco de su pedestal y el público se le acerca».
Las sesiones están abiertas a todo el mundo.
La temporada pasada fue más de conversar y, este año, volvemos a diseccionar las músicas que normalmente oímos sin que nos propongan ver los detalles. Lo escucharemos de arriba abajo, pero intentaremos, compás por compás, descifrar las notas, qué motivaciones pueden tener los intérpretes, ver qué cocina puede haber detrás de un espectáculo. Siempre de una manera técnica, pero para todos los públicos».
Cuando se va al teatro, hay una distancia física entre público y artista.
«Es cierto. En el Prosceni, soy yo diseccionando las piezas, el texto, la partitura, pero tenemos al mismo intérprete en el escenario y puede hablar en cualquier momento para cuestiones que, quizás, quedan todavía más lejos. No sólo hablamos de lo que se ha oído, sino como se ha llegado a preparar, desde años de estudio hasta qué piensa el artista al pronunciar ciertas frases. Vamos hacia los mundos personales de cada uno, qué se ha atravesado para llegar a un producto que el público recibe de forma ya hecha. De esta manera, los asistentes pueden ser partícipes de cómo se acaban creando estas piezas».
Hay una historia detrás de cada compositor y de cada intérprete.
«Es muy difícil que una cosa salga de la nada. Por muy complejas o arcanas que nos parezcan, siempre hay una motivación que podemos comprender todos. Se trata de profundizar por todos los caminos que nos dejen: como ha ido repitiendo una nota hasta que la tenga aprendida con los dedos... A veces, no pensemos que haya un trabajo de picapedrero, de artesano, detrás».
El Prosceni de este año se centra en Joan Guinjoan.
«Sí, es un gran compositor del Camp de Tarragona, hijo de Riudoms, y no sólo eso, sino también una de las grandes figuras de la música de los últimos 50 años. Es una manera de clarificar el mundo de este rico y atractivo compositor».
¿Cómo serán las sesiones?
«La primera y la última son audiciones comentadas. Oiremos la obra y, después, iremos charlando con el intérprete, compás por compás, nota por nota, para ver de dónde sale todo. Al acabar, si hay tiempo, se volverá a oír y veremos con el público si ha cambiado la percepción respecto aquello que, al principio, lo había sorprendido o no sabía como asumirlo. En medio, hablaremos más de la vida de Guinjoan y estará el acto con el compositor y director de orquesta Xavier Pastrana».
¿Cómo es la escena cultural en el territorio?
«Queremos hacer ver al público general que en el Camp de Tarragona hay un nivel cultural muy alto. Si miras, por ejemplo, los festivales de música clásica de Cataluña, un porcentaje muy alto de los intérpretes son del territorio; eso aquí se desconoce y quizás no los llegamos a oír tanto. Ahora, sin embargo, estamos en un momento esperanzador porque se están abriendo posibilidades. La diáspora está, hasta cierto punto, volviendo en casa».