Política
Junts intentará recoser un corazón dividido después de las elecciones internas
Gort es el nuevo presidente de la ejecutiva local del partido después de un roce con Vilella

Fotografía de la nueva ejecutiva de Juntos por Reus. En|A el centro, Gerard Gort, acompañado de nombres como Jordi Salvadó, Mariluz Caballero, Jaume Piñol y Carme Juan.
Si David Bustamante y Àlex Casademunt eran dos hombres con un mismo destino en el lejano 2002, la militancia de Junts per Reus tenía el corazón dividido a la hora de votar para conformar la nueva ejecutiva local. ¿Gerard Gort o Montserrat Vilella? El teléfono móvil sacaba tanto o más humo que los incontables cafés que se iban tomando los implicados y su círculo más íntimo: un voto tenía un valor incalculable; mucho más que uno, dos y tres espressos. La discreción era una premisa insustituible y las puertas se han cerrado hacia adentro. Cualquier factor haría decantar la balanza y el resultado así lo demuestra. Gort, periodista y persona de la máxima confianza de Teresa Pallarès, es el nuevo presidente de la ejecutiva local. Lo ha hecho con un margen muy estrecho de victoria —los últimos datos hablaban de que no llegaba al 60% de los apoyos— y, a pesar del unánime discurso de unidad -Vilella afirma que ha sido «un proceso interno con un resultado muy ajustado y seguimos trabajando todos para el mismo proyecto»-, quedará trabajo para hacer para recoser un corazón dudoso entre dos almas. A veces, una derrota por los puntos cuece más que un KO instantáneo.
La propuesta mayoritaria está alineada con el trabajo desarrollado como oposición desde el 2023. Si Gort evoca la alargada sombra de Pallarès, quien acaba de volver a la primera línea política después de superar, afortunadamente, unos problemas de salud, sus compañeros de ejecutiva también son reminiscentes. Se han sumado Mariluz Caballero, portavoz adjunta de Junts per Reus en el Ayuntamiento y cara visible del proyecto con la ausencia de la cabeza de lista, y Jaume Piñol y Carme Juan, asesores del grupo municipal.
La ecuación tendrá en cuenta una incógnita adicional. Con la renuncia de Montserrat Caelles al acta de concejala, Junts todavía no ha anunciado quien la reemplazará en el cargo. Si se hace caso a las listas de las últimas elecciones municipales, el lugar tendría que estar para la ingeniera técnica en informática de sistemas Sarah Dubois. Próxima al posicionamiento de Vilella, sería una figura que podría ser difícil de digerir para el estómago del grupo municipal o que, por otra parte, serviría para ayudar a tejer puentes y cicatrizar cualquier tipo de batalla interna. Se produce la casualidad, sin embargo, que el siguiente a la candidatura era el maestro y músico Jordi Salvadó, y no es un nombre que se tendría que pasar por alto: será el responsable de comunicación de la ejecutiva local bajo la presidencia de Gort.
Dos mujeres, un destino
La sucesión de muchas casualidades, a veces, hace pensar que más bien se trataba de una relación de causalidad. Montserrat Vilella entró en el Ayuntamiento de Reus a las elecciones del 2011. Se presentó como número 5. Saltó en el número 2 en el 2015 y repitió posición de salida en el 2019. Parecía que estaba llamada a ser la heredera de Carles Pellicer, pero acabó dejando la política municipal en el 2022. Su ascenso lo ha acabado protagonizando Teresa Pallarès. Fue presentada como el flamante fichaje de Juntos en el 2017, dejando atrás su pasado socialista. Aceptó ser la mano izquierda de Pellicer en 2019, la tercera a bordo, sin embargo, nueva niña de los ojos tabla-primero de octubre, se propuso para liderar el barco en el 2023.
Con el objetivo de, como mínimo, volver al gobierno en el 2027, Junts per Reus inicia una travesía para determinar el rumbo de navegación. Se ha quedado sin alcaldía, relegado a la oposición y perdiendo concejales. Gerard Gort afirma que el partido pone en marcha «una nueva etapa» y que la voluntad es «catapultar Reus, recuperar el orgullo de ser y hacerlo más próspero, más cohesionado y con más bienestar y calidad de vida». El punto de partida, sin embargo, es un contexto de dificultad que obligará a alcanzar, precisamente, y buscándola de manera incansable, la anhelada cohesión. ¿Se conseguirá remar juntos o quedará resentimiento y división interna?
Dos almas, un destino. Ya se va respirando el aroma preelectoral en la ciudad de Reus. Y eso que todavía falta.