Carnaval
El pregón de Su Majestad el Rey Carnestoltes da el pistoletazo de salida al Carnaval reusense
Durante el parlamento tuvo tiempo para repasar los proyectos más polémicos de los últimos años

La llegada de Su Majestad el Rey Carnestoltes y la lectura del pregón tuvieron lugar ayer en la plaza del Mercadal ante la mirada de decenas de personas.
Si la noche de Reyes es la más mágica del año, la de ayer sumió Reus en un frenesí de arrebato y desenfreno sin medida. Su Majestad el Rey Carnestoltes, que se manifestó rodeado de un mar de llamas y fuego, era el anfitrión de una cena especial delante del palacio consistorial. A la lista había catorce invitados, ni más ni menos: los siete pecados y las siete virtudes. No eran, precisamente, amigos bien avenidos. No tardaron en estallar los conflictos, con una Ira descontrolada que ninguna cadena habría podido retener. El monarca tenía que dictar sentencia y rápido tuvo claro su veredicto. «Ahora es el momento que todos esperábamos, esta es nuestra semana: siete días para hacer del mundo un lugar donde la libertad no tiene límites», arrancó.
«Vosotros, queridos pecados capitales, esta noche empezaréis vuestra misión. Dispersaos por cada rincón de la ciudad, liberád el deseo, desatád la pasión, seducíd a los corazones y dejád que la gente os sienta en su interior. Esta es vuestra semana para brillar y para hacer vibrar a todo el mundo. Ahora, id y haced vuestro trabajo», proclamó el Rey Carnestoltes ante la euforia colectiva. Su mensaje continuaba más allá.
«Y vosotros, virtudes, esta es vuestra noche para decir adiós. Sólo por una semana. Durante Carnaval, os quiero ver desaparecer. Sin vosotros, la ciudad respirará libre, sin frenos ni límites. Y no sufráis, que vuestra hora llegará pronto, pero ahora dejadnos esta libertad sin restricciones», certificó. Los siete invitados símbolo de la bondad, vestidos de pulcro y puro blanco, aceptaron su destino. «Pecados, a dominar la fiesta, y virtudes, a descansar». La noche de Carnaval acababa de empezar.
Con las instrucciones dadas, era la hora del pregón. Su Majestad ha estado un año lejos de Reus y ni siquiera pidió perdón. Con una breve locución se procedió a ponerlo al día, y para sentir los versots la ciudadanía anhelaba. Primero se retrató la casa consistorial, «que zánganos que son el trabajo se les apila». La encabeza la alcaldesa, «la risa Sandra Guaita, que siempre, con botas bien calzadas, todo lo persigue». La alcaldesa «nunca va sola, tiene un público fiel que la escucha; es el niño, Daniel Marcos, que siempre le va haciendo de escolta». A diestro y siniestro se repartieron versos para el equipo de gobierno, siempre, todo, ante la mirada de los diablos del averno.
Hubo tiempo para repasar los proyectos más polémicos de los últimos años. La Zona de Bajas Emisiones, la Ganxeta, la calle Ample, el cierre de la Residencia ICASS, el traslado de la estación de autobuses, la estación de Bellissens... Pero el clamor fue unánime al pedir que se rehabilite el Bràvium, respondido con una sonora marea de aplausos. La caída del Indi, el mismo Carnaval, el CN Reus Ploms y el comercio tradicional no quedaron exentas de repaso. Y, de esta manera, arrancó el Carnaval en la ciudad de Reus; siete días en que los instintos salen de cabo a rabo, en los que la ignominia se vuelve tradición frente al estallido de la población.