Así publican su último adiós: «Para un día que salgo en una esquela y no me veo»
Los hijos de María Rodrigo Molino quisieron recordar la vitalidad de su madre con esta frase después de morir
«Para un día que salgo en una esquela y no me veo». Esta es una frase de María Rodrigo Molino, una señora sevillana de 86 años, que mantuvo su buen humor hasta el final. En el momento de su defunción, sus hijos decidieron incluirla en su propia esquela, publicada en el diario ABC, que además le dedica unas líneas explicando esta anécdota.
Rodrigo era lectora habitual de las esquelas del diario, y siempre recordaba que cuando ella apareciera en una, no lo vería. Murió en Alcalá de Guadaira, y allí todo el mundo la recuerda de manera entrañable. Fue cocinera en el instituto de la localidad y también en campamentos de verano. Y tiene un hecho marcado en su calendario: fue quien preparó la comida a la selección española que ganó 12-1 en Malta, con el memorable gol de Señor.
María pidió morir cerca de su familia. De sus hijos y de sus nietos. Y les dejó claro que la única cosa que no quería era ir al hospital. A pesar de tener algunos de sus seres amados fuera de España, pudo despedirse de todos. Siempre con buen humor.