Un espacio natural para hacer un pícnic y refrescarse: el Pantano de Riudecanyes

Riudecanyes es un municipio del Baix Camp, a medio camino entre las localidades de Duesaigües y Montbrió del Camp, en la parte meridional de la comarca. El núcleo de población se encuentra bajo el castillo de Sant Miquel d'Escornalbou, insigne edificación situada en la cima más alta de la sierra deArgentera y a diez kilómetros del puerto de Cambrils. Sin embargo, hoy proponemos una excursión perfecta para hacer al verano: el pantano de Riudecanyes.

El pantano de Riudecanyes es un embalse que fue construido a principios del siglo XX para proveer de agua potable a la ciudad de Reus y que hoy también se utiliza para el regadío de otros pueblos de esta comarca tarraconense. Sin embargo, también está permitido el baño y también se pueden practicar actividades náuticas como paddle surf, hidropedales y kayak.

El acceso al pantano es fácil y dispone de una zona de aparcamiento, desde allí en unos diez minutos llegaremos al área de picnic. Podremos admirar su paisaje de pino blanco y emprender excursiones hacia las montañas de la Sierra de l'Argentera.

El embalse es un bonito lugar para caminar y disfrutar del paisaje. Si nos paramos cerca de la carretera que nos lleva a Duesaigües para ver el pantano, en dirección hacia el pueblo de Riudecanyes, nos llevaremos una grata sorpresa. El agua azul y cerrada del pantano queda por encima del agua del mar en que brilla muy lejos e inmediatamente después del muro de cierre del embalse. Hay un punto donde confluyen el azul de la su agua dulce, el azul cambiante del mar y el azul del cielo claro que define los pueblos que miran hacia el Mediterráneo.

Castillo Sant Miquel de Escornalbou

Si queremos coplementar esta excursión, podemos aprovechar para visitar el castillo monasterio de Sant Miquel d'Escornalbou que es la principal atracción del pueblo. El ascenso se realiza por la sierra de l'Argentera por la carretera T-343 en dirección al Castillo-Monasterio de Escornalbou. La fecha de construcción es de final del siglo XII y principios del XIII. Durante siglos fue habitado por monjes, desde los agustinos hasta los franciscanos, que lo tuvieron que abandonar a raíz de la desamortización. Al principio del siglo XX fue adquirido por Eduard Toda, que se encargó de la reconstrucción y posterior restauración. A 649 metros de altura encontraremos la ermita de Santa Bàrbara que ofrece unas vistas inmejorables de la provincia.

La zona, además, es una tierra de viñas y las posibilidades que se pueden encontrar por el territorio son muchas, en la misma Cooperativa de Riudecanyes, se organizan rutas guiadas para familias y grupos destinadas a conocer el trabajo artesanal de la cosecha de la oliva.