Refrescarse en verano con los más pequeños en el Toll de l'Escletxa
Una ruta con puentes tibetanos y pozos de agua por el Valle del río Brugent en El Pinatell
Con el calor del verano y los más pequeños de la casa de vacaciones escolares, una gran oportunidad para pasar el fin de semana y para refrescarse es el Toll de l'Escletxa. Este espacio de agua se encuentra en el Valle del río Brugent junto al Pinatell, en la Conca de Barberà. Además de remojarse los niños y niñas tendrán la oportunidad de pasar por puentes de madera colgante. Es una ruta corta pero de aventura donde los niños se lo pasarán mucho bien.
Esta ruta es de fácil acceso. También es perfecto para hacerla con niños de como mínimo cuatro años, ya que en algunas ocasiones hay tramos que se tiene que vigilar por su proximidad al río. El charco es de agua cristalina y dispone de una playa de piedras que facilita el baño.
Para llegar, se coge la calle de l'Escola hasta que se llega al cruce con el camino de la Riba, después se gira a la derecha todo saliente del pueblecito de Pinetell. A partir de aquí, la ruta se adentra en el bosque hasta que en un árbol hay una señalización de madera indicando Escletxa. El sendero enlaza con un camino ancho que lleva a los molinos del Pinatell (Pescadores). Allí se sigue el camino ancho que sube por el lado izquierdo del río Brugent hasta llegar al resquicio, que se puede pasar sin ningún problema con los más pequeños. De golpe aparecen unas cuerdas para ayudarse a pasar, y después de una fuerte subida y posterior bajada, llegamos al principio del nuevo puente, muy cerca del charco del Esqueje. El hecho de pasar con la ayuda de las cuerdas puede resultar muy emocionado por los niños.
Una vez baja hay dos puentes tibetanos a una altura de más de cuatro metros por donde se tiene que pasar de uno en uno. Después de pasar los puentes ya se encuentra el salto de agua de la Escletxa, y si se quiere bajar a la playa de piedras se tiene que cruzar otra vez los dos puentes y pasado el segundo, se tiene que saltar las piedras.
Si recientemente ha llovido mucho el río Brugent trae bastante agua y el charco está lleno. Además, el recorrido permite cruzar varias veces el río. Con una dificultad media/alta, la ruta que se propone es de unos 5,5 km y se recomienda llevar zapatos de río y protección solar en estos días de verano. Esta ruta también es apta para hacerla con perros.