Un fin de semana de otoño descubriendo el entorno de las montañas de Prades
Los bosques empiezan a mostrar una gran diversidad de colores y Prades se convierte en un espectáculo natural único
No es ningún secreto la belleza natural de Prades que se complementa con la diversidad de propuestas lúdicas, culturales y gastronómicas que nos ofrece la comarca. Los bosques empiezan a mostrar una gran diversidad de tonalidades rojas, ocres y verdes, amarillos y Prades se convierte en un espectáculo natural único. Es el lugar idóneo para disfrutar de un fin de semana de otoño en el fantástico entorno natural que se configura entre las montañas de Prades y el Paraje Natural de Poblet.
Entre las propuestas para disfrutar de un fin de semana en este entorno, está la de realizar una visita por la Villa Roja de Prades. El pueblo es conocido como la Villa Roja por la piedra arenosa de color rojizo que caracteriza gran parte de sus edificios. Calles y callejuelas sombrías y tranquilos hablan de historias antiguas del condado medieval de Prades. Caminar por este pintoresco pueblo de montaña será descubrir encantadores rincones, fortificaciones, murallas y la plaza soportal o la iglesia de Santa Maria. Los niños podrán pasear y jugar con tranquilidad.
En esta excursión, también se puede visitar l'Abellera, una ermita engastada en un riscal con unas vistas bellísimas sobre el valle del Brugent. Después se puede ir a comer en Capafonts y disfrutar de las típicas patatas de Prades, la miel, las castañas o las setas que se hacen en esta zona y que harán sacar el máximo provecho a una salida de otoño con o sin niños.
El Valle del Brugent ofrece infinitas posibilidades para desconectar haciendo senderismo descubriendo el río Brugent: saltos de agua, desfiladeros, bosques y con un poco de suerte, incluso, podremos ver la fauna típica de esta zona: el jabalí, el corzo, el zorro, el tejón o la perdiz.
El valle del río Brugent, situada en el corazón de las Montañas de Prades está formada por bosques centenarios, riscales espectaculares y algunos cultivos. Abundan los bosques de pino rojo, de ribera y encinares, etc. Entre las actividades destacan el senderismo, el ciclismo de montaña, la escalada en roca y la hípica. Son numerosas las rutas a pie o en coche por los alrededores.
Muy cerca, Farena es una posibilidad para descubrir, un pueblo que se articula como un pequeño núcleo medieval. Sus calles son empedradas y sus cerca de 40 casas bien restauradas están como volver en una época pasada donde respirar tranquilidad. Antiguamente estaba rodeada por una muralla, por eso la disposición de las casas es la característica de villa cerrada.
También podéis visitar Alcover y hacer una visita en el museo, donde veréis fósiles impresionantes y donde os explicarán cómo eran las montañas de Prades hace millones de años. En el taller del Museo también podréis reproducir, con yeso, el pez piedra, un pez que vivió hace millones de años y del cual se explica una bella historia.
Y si nos da de sí el fin de semana, podemos visitar las Cuevas de la Espluga, unas cavidades naturales utilizadas por el hombre desde el tiempo del paleolítico. En concreto, la Cueva de la Fuente Mayor es una de las más largas del mundo en roca de conglomerado y habitada por el poblamiento humano que tuvo en la época prehistórica.