¿Por qué no tienes que jugar con las manos con tu gato?

Las consultas de los veterinarios se encuentran a menudo con un problema recurrente y con propietarios de gatos muy preocupados. Se trata de personas que no entienden por qué su querido gato les muerde las manos o se les echa a las piernas y los espera detrás de las puertas haciendo de su casa un campo de batalla con un enemigo a evitar.

Esta situación puede pasar de ser divertida al principio a convertirse en un verdadero problema de convivencia dado que el gato mantiene un tipo de comunicación excesivamente brusca con su propietario. Tal como explican expertos en comportamiento felino, el origen del problema puede estar en una inocente causa.

La socialización de los gatos empieza cuando todavía forma parte de la camada y va desarrollando al lado de su madre los instintos básicos como comida, lamerse, etc. El proceso de socialización empieza en torno a las tres semanas cuando abren los ojos y los oídos. Los cachorros antes de los dos meses aprenden junto con sus hermanos y la madre el autocontrol y la intensidad del mordisco|mordedura. Es la madre y el resto de hermanos los que enseñan el punto en lo que el mordisco ya duele y el límite que no tienen que sobrepasar. Por este motivo, expertos y entidades de protección animal no recomiendan adoptar un cachorro antes de dos meses de edad para ahorrar problemas de conducta.

Una vez el cachorro llega a casa, jugar es un aspecto muy importante y necesario como rutina del gato pero a menudo lo hacemos mal y utilizamos las manos como si fuera una 'pieza de caza'.

La experta Laura Trillo explica al suyo blog lo que sucede cuando el gato es adulto «El gato no tiene autocontrol ninguno. Suelen convertirse en gatos que muerden muy fuerte, que se abalanzan sobre nosotros de golpe y nos muerden (lo has enseñado tú), que se comunican de forma agresiva con nosotros para cualquier cosa, que no tienen medida a la hora de morder ni controlan cuándo es juego, se frustran».

Con el fin de evitar esta problemática, aquí presentamos una serie de consejos que también son aplicables si el gato es adulto y queremos reconducir la situación.

Si el gato pide actividad. Dale pero plantea juegos y utiliza juguetes que permitan a tu gato utilizar todos sus sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto.

Escoge juguetes que animen a tu gatito a cazar, correr, esperar, coger al vuelo... por ejemplo palos con plumas u otro objetos al final que evitan el contacto con la mano.

Estimula su actividad exploratoria y predatòria normal haciendo que busque comer: puedes esconder comida seca en diferentes lugares para que haga ejercicio y tenga que cazar su cena.

Cambia de juguete de forma regular, incluso cada día, para mantener interesa de tu gato. Puede ser que parezca que tu gato ha perdido el interés por un juguete concreto, pero si de repente aparece cinco minutos después, puede resultarle atractivo de nuevo.

Inventa juguetes como pelotas de papel, cajas, bolsas... que pueden mantener mucho entretenido a tu gatito durante horas.

Si el gato te muerde jugando, grita de manera aguda (cómo lo haría otro gato) y detiene el juego.

Si tu gato ya es adulto y presenta esta problemática, piensa que tiene solución y se puede acompañar|reconducir, y recuerda que el castigo nunca funciona con los gatos y todo lo contrario, puede empeorar gravemente la situación.